Economía | COMERCIO EXTERIOR

El rol de controlar

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Cristian Carrillo

El Estado tiene en la mira maniobras de subfacturación y sobrefacturación de operaciones internacionales y avanza en la fiscalización de mecanismos de triangulación.

Foto: NA

Con el objetivo de evitar que la generación genuina de divisas se siga escapando por canales alternativos de dolarización, la Aduana y la AFIP avanzan en el control del comercio exterior para evitar la subfacturación de exportaciones (subdeclarar) y la sobrefacturación de importaciones (inflar compras externas). La Aduana tiene en la mira importaciones irregulares por 1.250 millones de dólares provenientes de 13.640 operaciones de 722 empresas, las cuales fueron intimadas para que expliquen las inconsistencias halladas por el organismo.
«Se detectaron maniobras por mecanismos de triangulación. Con sobrefacturación de importaciones y subfacturación de exportaciones. Es decir, se apropian de dólares que muchas veces las pymes piden para máquinas o las personas para medicamentos o equipo de Salud», había anticipado el ministro de Economía, Sergio Massa, en su primer discurso luego de asumir al frente del Palacio de Hacienda. El titular de Economía anunció que se abrirá un período de 60 días para que rectifiquen su posición frente a la Aduana.
El director general de Aduana, Guillermo Michel, afirmó que desde que se disparó la brecha cambiaria se detectaron «operaciones de triangulación sobrefacturada de importación por un monto de 1.250 millones de dólares». Si bien la triangulación no es una irregularidad en sí misma, la fiscalización masiva tiene como objetivo la detección de sobrefacturación de importaciones con el objetivo de hacerse de dólares al precio oficial de manera ilegal.

De cerca
No solo se trabaja en las operaciones ya detectadas, sino que también avanza la sistematización de los esquemas de control. Aduana puso en práctica una fiscalización sistémica de importaciones con triangulación comercial de mercadería proveniente de China y refacturada desde Estados Unidos.
La semana pasada se enviaron los primeros 150 requerimientos a firmas que importaron mercadería de los siguientes rubros: computación (plaquetas de video y máquinas para minar criptomonedas), fertilizantes, químicos orgánicos, reactivos para COVID y teléfonos celulares, entre otros. En esa línea, se analizarán los precios usuales del mercado de China, se cotejarán dichos precios con las bases de información a las que accede la Aduana por su Convenio de operación con ese país y se los compulsará con los valores documentados por las firmas importadoras.
«Complementariamente, se inició un cruce sistémico entre lo documentado ante la aduana argentina y lo declarado ante la aduana de Estados Unidos en operaciones provenientes de ese país. Dicha información es obtenida del intercambio de información existente entre ambas aduanas (la de nuestro país y la de Estados Unidos)», informó la administración fiscal que conduce Carlos Castagneto. Adicionalmente, para agilizar el cruce de información en operaciones futuras, se implementó la obligatoriedad de declarar en cada destinación de importación, el número de Documento de Exportación de Estados Unidos (ITN-Internal Transaction Number).

Maniobras
En las primeras semanas al frente de la Aduana, Michel difundió el resultado de distintas operaciones que se realizaron para desbaratar maniobras de elusión y evasión fiscal, como una forma de mostrar una impronta de mayor actividad regulatoria para evitar lo que la vicepresidenta Cristina Fernández denunció como «festival de importaciones».
Uno de los casos fue el «rulo de importación» con barbijos y plaquetas electrónicas que llevaron a cabo en los últimos meses cuatro empresas textiles que mantenían vínculos societarios y comerciales y compartían domicilios.
Esta operación irregular conocida como «rulo de importaciones», consiste en declarar el ingreso al país de mercadería a valores sensiblemente superiores a los reales, con el propósito de acceder ilícitamente a una mayor cantidad de dólares a precio oficial, para luego ser transferidos al exterior y, finalmente, convertirlos al valor del dólar financiero.
La Aduana denunció en la justicia penal económica operaciones de importación de mercaderías relacionadas a insumos médicos y sanitarios vinculados al COVID-19 (barbijos) y desarticuló una maniobra de sobrefacturación de importaciones por un monto cercano a los 4 millones de dólares. En sus contenedores además se hallaron plaquetas de video para minar criptomonedas con una sobrefacturación del 800%.
Otro caso denunciado por Aduana ante la Justicia implicaba una burda maniobra donde se trataban de importar plaquetas de video para el área aduanera especial de Tierra del Fuego, que además tiene los beneficios de no pagar derechos por ser un área aduanera especial. Sin embargo, se traían plaquetas simuladas (chatarra) de aluminio y la mercadería no tenía más valor que el peso mismo del aluminio.
Al ampliarse la brecha cambiaria, es mayor la ganancia para el que desarrolla este tipo de maniobras, tanto la sobrefacturación de importaciones para hacerse de dólares en el país al tipo de cambio oficial y luego cambiarlo en el exterior al dólar financiero, como la subfacturación de exportaciones donde se ahueca la base imponible en la Argentina para dejar los dólares en el exterior.

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