Deportes | ARGENTINA EN CUARTOS DE FINAL

La ilusión se llama Messi

Tiempo de lectura: ...
Roberto Parrottino

En su partido número 1000, el capitán brilló con su fútbol ante Australia y ratificó el idilio de la selección con los hinchas. Países Bajos, próximo reto.

La pelota siempre al diez. Messi festeja su gol, el noveno en mundiales. Quedó a uno del récord que ostenta Gabriel Batistuta.

Foto: NA

Cada partido es una «historia anímica». El de la selección argentina ante Australia, el de los octavos de final de Qatar 2022, ese inicio de lo que algunos llaman el verdadero mundial, fue el partido de Lionel Messi. El de la explosión de un genio que nadie olvidará, en generaciones y generaciones. Y no solo porque cumplió 1.000 partidos como futbolista. Tampoco porque en el estadio Áhmad bin Ali marcó su primer gol en instancias decisivas en los mundiales, por fuera de la etapa de grupos (y su tercero en Qatar tras el penal ante Arabia Saudita y el que desbloqueó al equipo ante México). Messi jugó con el legado del fútbol en los pies. Y, de paso, superó en cantidad de goles (9) a Diego Maradona en la historia de la Copa del Mundo (y quedó a uno de Gabriel Batistuta). En Qatar y en Argentina, la ilusión, y no solo para los argentinos, se llama Messi. Messi es la ilusión.
El 1-0 de Argentina partió de una escaramuza. El lateral izquierdo australiano Aziz Behich le estiró la camiseta a Messi en la disputa de una pelota que salió al lateral. De ahí la jugada en la que, apenas tocado en la espalda, el «Papu» Gómez se dejó caer. Falta. La sucesión de picardías derivó en la pelota que le cayó dentro del área a Messi. Una caricia entre la maraña de piernas australianas a los 35 minutos. Su gol. El gigante central Harry Souttar –1,98 centímetros– le pisó el tobillo izquierdo sobre el final del primer tiempo. Y asustó a medio mundo, que quiere que este mundial sea el de Messi. En el segundo tiempo, producto de la presión colectiva encabezada por Rodrigo De Paul, Julián Álvarez aprovechó un error del arquero Mat Ryan. Fue el 2-0, al minuto 57. Pero el descuento de Craig Goodwin, un gol de carambola a los 77, alteró el partido. Behich estuvo a punto de tomarse revancha de Messi y toda la Argentina con un jugadón. Salvó, con un cruce, Lisandro Martínez. Vital. Al final, Messi hasta le sirvió a Lautaro Martínez el 3-1. La tiró por arriba. La selección ya sabe de sufrir en Qatar. Sobre la hora, Dibu Martínez salvó un mano a mano en el área chica que paralizó los corazones argentinos.

Un equipo popular
Es una selección, la de Messi, con hinchas en cada rincón del mundo. Atrae Messi. Atrae la historia futbolística argentina. Atrae Maradona, su revolución. No solo es Bangladesh: son los hinchas del fútbol que no están en Qatar. Es Italia. Escocia. Suecia. Los compañeros corren atrás de Messi. Lo vemos en cada salida al calentamiento antes de cada partido. Y corren por Messi. Lo vemos en la cancha, como lo vimos en la final de la Copa América en el Maracaná. Messi la dejó chiquita ante Australia. Aceleración. Pausa. Toques. Experiencia. Messi total.
Los octavos de final habían sido el tope en Rusia 2018, el 4-3 de Francia, la culminación del caos. El viernes, a las 16, toca en cuartos Países Bajos, un viejo conocido en mundiales, la vieja Holanda. El de la goleada de la Naranja Mecánica de Johan Cruyff en Alemania 74; el de la final en el 78, primer Mundial de Argentina; el de la eliminación en Francia 98 con el gol de Dennis Bergkamp; y el de la semifinal en Brasil 2014, cuando Chiquito Romero se convirtió en héroe en los penales. Será, al fin y al cabo, otra «historia anímica» que deberá afrontar la selección argentina, este grupo que construyó Lionel Scaloni y compañía, con Messi como líder futbolístico, con Messi como la ilusión. «En Argentina nací –dice el hit de Qatar– tierra de Diego y Lionel».

Estás leyendo:

Deportes ARGENTINA EN CUARTOS DE FINAL

La ilusión se llama Messi