Surgidas del trabajo de organizaciones sociales y populares, una treintena de emisoras confluyen en una red que reivindica la vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La información orientada a las comunidades rurales e indígenas.
27 de febrero de 2019
En el estudio. Los integrantes de La Campesina (arriba) y Garabato (abajo).La radio puede servir para informar, entretener, educar, contactar gente y, también, para que los vecinos de algún paraje rural encuentren a sus cabras. La comunicación social por fuera de las grandes urbes cumple funciones que tal vez resulten extrañas para quienes habitan ciudades. Justamente, las particularidades de la vida campesina e indígena hizo surgir hace tres años la Red de Radios Rurales (RRR), integrada por más de treinta emisoras distribuidas en dieciséis provincias. En su documento fundacional, dicen: «Somos organizaciones sociales y populares que tienen radios. No somos solamente radios. A través de nuestras radios, visibilizamos las voces del territorio y consolidamos la participación de nuestras comunidades».
La mayor parte de las emisoras que conforman la Red fueron creadas en el marco del programa Sembramos palabras, cosechamos derechos, que organizó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), junto con los ministerios de Trabajo y de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación, Parques Nacionales y la Autoridad Federal de Servicios de Comunicaron Audiovisual, entre otros organismos estatales, previamente a la asunción del gobierno de Cambiemos.
«Una de las cuestiones que caracteriza a la Red es que las organizaciones sociales pre-existen a sus radios», cuenta Mariano Molina, agente ProHuerta del INTA y uno de los coordinadores de la Red. «Hay radios que están vinculadas con cooperativas de trabajo, con asociaciones comunitarias o con el movimiento campesino indígena. Y la particularidad de esto es que el medio no es la prioridad de las organizaciones. Por ejemplo, cuando viene la época de la siembra o de la zafra, para la gente que hace los programas su prioridad es ir a trabajar en la tierra».
Identidad colectiva
La RRR se plantea como un espacio de articulación de distintas experiencias de comunicación rural y comunitaria, y de intercambio de producción de contenidos desde la ruralidad. Pero, fundamentalmente, lo que aúna a sus integrantes es la reivindicación de la agricultura familiar y la plena vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, jaqueada por el actual gobierno. Reconocen que las emisoras de la Red están en territorios que tienen como principales problemas el acceso a la tierra y al agua, las inundaciones, el uso de agrotóxicos, los desmontes y el modelo extractivista, entre otras cuestiones. «Tenemos como obstáculos la baja potencia de nuestros transmisores, las interferencias de frecuencias comerciales, y la falta de acceso a internet y a la luz eléctrica», señalan sus integrantes.
Alejandro Aparicio tiene una pequeña granja en la zona rural de Cañuelas (Buenos Aires) y con la leche de sus vacas fabrica quesos, que luego vende en ferias de productores. Es referente de la Cooperativa Asociación de Productores Familiares de Cañuelas y de la radio La Campesina, que está en el aire desde 2015 en la frecuencia 90.1. «Hoy tenemos diez programas de distintas temáticas, pero siempre revalorizando los saberes campesinos y los trabajos rurales», cuenta Aparicio. «Para nosotros la Red es un proyecto muy bueno, que nos une como sector campesino e indígena y nos comunica», agrega.
En septiembre pasado la RRR realizó su tercer encuentro en la localidad San Marcos Sierras, en el noroeste de la provincia de Córdoba. Allí tiene su sede Garabato, que emite en el 96.5 del dial desde 2010. «La situación de nuestra radio en la Red es una especie de híbrido, porque en este pueblo hay mucha población de origen urbano pero en un contexto rural», cuenta Violeta Collado, una de las integrantes de Garabato. «Nos interesa dejar atrás a los monopolios mediáticos urbanos y centralizantes, construir comunicación desde abajo y acompañar a las vecinas y vecinos en su vida diaria».
Una vez al año, todas las emisoras de la Red se organizan para realizar una transmisión conjunta, con producciones propias de cada lugar. Desde Ushuaia a La Quiaca, las señales rurales comunican e informan, con sus tiempos y dinámicas. Ejercen un derecho y ponen en valor la cultura de sus territorios.