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Sororidad en serie

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En la temporada en curso se multiplicaron las historias que ponen en primer plano la perspectiva de género y la solidaridad entre las mujeres, desde Big little lies hasta Argentina, tierra de amor y venganza. La opinión de productoras y guionistas.

Unidas. Argentina, tierra de amor y venganza y Big little lies, dos grandes exponentes.

Una feliz vuelta de tuerca, una profundización del enfoque feminista puede observarse en varias ficciones televisivas durante la temporada en curso. El «nos tocan a una, nos tocan a todas» resuena en ciertas historias que podemos ver hoy en la pantalla chica. La productora y documentalista Carmen Guarini confirma que «son muchas las series que trabajan en sus tramas aspectos como el rol de la mujer y sus relaciones de sororidad. Incluso hay mucho policial europeo en donde las protagonistas o figuras fuertes son mujeres, y algunas escenas pueden leerse en esta clave».
Big little lies encabeza la lista donde la sororidad ocupa el centro de la escena. David E. Kelly, creador, productor y coguionista, declaró a Hollywood Reporter que le resultó muy perturbador adaptar la novela homónima de Liane Moriarty. «No fue solo angustiante para Nicole Kidman interpretar el personaje de Celeste, víctima de un marido golpeador; lo fue también para mí», explicó.
«Quizá por eso, en la segunda temporada consideré que la alianza de las mujeres en la historia podía descomprimir mi escritura y, además, ofrecer algo de justicia a lo que quisimos contar en la serie», completó Kelly. Misión cumplida: hay un crimen, hay una asesina, las mujeres guardan el secreto, solidarias y sin acusar a nadie ni flaquear jamás ante la posibilidad de la delación. «La mentira es nuestra amistad», afirma el personaje de Kidman.

Red de ayuda
En Argentina, tierra de amor y venganza, el exitoso culebrón producido por Polka, es destacable el lugar de los personajes femeninos, que defienden solitas pero aliadas sus derechos. Raquel, alias la «Polaca», interpretada por la China Suárez, encara el personaje de una mujer que llega a Argentina engañada y es obligada por una red de trata a ejercer la prostitución. Logra su liberación gracias a un ardid planeado por ella, por el cual también consigue el rescate de sus compañeras de cautiverio. Mucho tuvo que ver el enfoque de Carolina Aguirre, guionista de la ficción junto a Leo Calderone, gracias a lo que ella considera su deuda con el feminismo que, dice, le cambió la vida. En una historia de Instagram confesó que «los derechos los tenemos que tomar sin permiso, ya son míos, me los están quitando o negando, pero ya son míos y de todas».
El personaje de Francesca (interpretada con gran potencia por Malena Sánchez) lo demuestra en sus actitudes y reacciones ante cualquier avasallamiento de un hombre. La premiada guionista Graciela Maglie se suma a las voces que celebran este giro: «A las ficciones mencionadas podría sumar Las chicas del cable, Grace&Frankie y la maravillosa serie inglesa Fleabag».
En cambio, la fotógrafa Paola Hidalgo, integrante del colectivo feminista Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales de Argentina, disiente con los planteos anteriores: «Si bien por una cuestión coyuntural muchos contenidos incorporan la temática y exponen situaciones y diálogos que hasta ahora no se planteaban, no he visto alguna serie que tenga una perspectiva genuina, profunda y no forzada».
Creada por la escritora y activista por los derechos LGTBI Liz Feldman, Dead to me es una producción de Netflix que encuentra a dos mujeres en un grupo de autoayuda para viudas. Las protagonistas establecen una amistad instantánea y a prueba de traiciones, donde la pérdida de un amor y el deseo de la maternidad son tratados con el tono de una comedia negra. Feldman explicó que «para soportar el dolor le puse humor a la historia. La red de salvación de los personajes está en el amor que ellas mismas se profesan».
En su tercera temporada, La casa de papel muestra a sus personajes femeninos enfrentando a cualquiera de sus compañeros de banda que intentan subestimarlas. Tokio (Ursula Corberó) y Nairobi (Alba Flores) se encuentran a la cabeza de estas reivindicaciones. Y la última, además, fue señalada como el ícono feminista de la serie. Entrevistada por el diario español El Mundo, Flores señaló: «Creo que ahora mismo la revolución será feminista o no será. Ahora empieza el matriarcado».

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