En paralelo a los megaeventos masivos, en los últimos años comenzó a crecer un circuito alternativo que convoca un público más afín al espíritu de época y a las nuevas propuestas del rock y el pop local. Opinan productores, músicos y periodistas.
23 de agosto de 2019
Al aire libre. Nuevos Vientos en la Plaza Islas Malvinas de La Plata, Open Folk en Plaza Seeber y la presentación de Ainda Dúo en el Buena Vibra.La Nueva Generación, el Buena Vibra, Cuero y Fardo son algunos de los exponentes más destacados de un circuito de festivales alternativos que se viene gestando desde hace años y que por estos días se encuentra cada vez más afianzado, pese al contexto económico desfavorable. ¿Cuál fue la intención compartida de estos eventos, que desde la grilla misma se distancian de los grandes festivales masivos? ¿Qué espacios buscan generar sus organizadores y curadores, tanto para los músicos participantes como para el público?
«La lógica de festivales independientes siempre sirvió para fomentar aquello a lo que el mainstream no le daba tanta luz, tanda cabida. Son un oxígeno muy necesario. Además, son un faro para encontrar nuevas tendencias y sonidos en contextos que son superamigables, con entradas accesibles», opina el periodista y conductor radial Hernán Panessi. «Nacen con el pretexto juvenil de hacer cosas, de pararse en un lugar interesante, de meter postulados que sean disruptivos, originales», agrega.
«Nuevos Vientos nació en 2015 como un espacio para representar el arte joven de la ciudad de La Plata, ya que con varios artistas creíamos necesario resaltar este movimiento que veíamos crecer», cuenta Danny Brichetti, productor del festival. «En la primera edición tocaron ocho bandas en el bar Pura Vida, sumado a una exposición de fotografía y feria gráfica. A partir de esa experiencia, quisimos acercar lo que pasaba en la escena independiente a un espacio público, apto para todos. Por eso nos mudamos a la Plaza Islas Malvinas, donde el festival pasó a ser libre y gratuito», explica.
Un inicio parecido tuvo el convocante Buena Vibra, con una primera versión realizada hace seis años en un bar del barrio de Palermo, donde la música en vivo se cruzaba con el circo y la danza, para luego trasladarse a Ciudad Cultural Konex y, en su última edición de febrero pasado, al Estadio Malvinas Argentinas.
Todo a pulmón
Las expresiones «hecho a pulmón» y «la unión hace la fuerza» sirven para ilustrar el crecimiento de estos encuentros en términos de locaciones, artistas y espectadores. «No fue una tarea fácil financiar un festival de grandes dimensiones, para 3.500 personas», rememora Fede Petro, fundador del ciclo semanal Open Folk, que luego derivó en un evento en Plaza Seeber, en Palermo. «Con una ayuda oficial que conseguimos y con la plata que habíamos ahorrado con Open Folk, logramos llevar adelante el festival», explica.
Por su parte, Brichetti señala que la ampliación de Nuevos Vientos fue posible gracias a las alianzas con la Escuela de Artes y Oficios del Teatro Argentino de La Plata, la Facultad de Bellas Artes de la UNLP, el bar Ciudad de Gatos y radios independientes. Nuevos Vientos volverá al ruedo con una doble jornada de arte y música en diciembre próximo.
«Como músicos, nos fortalece enormemente que se afiancen este tipo de festivales independientes, donde se visibiliza el trabajo de artistas que no podrían acceder a escenarios tan grandes», observan Esmeralda y Yago, integrantes de Ainda Dúo, que formaron parte del line up del último Buena Vibra. «Fue una fiesta total donde literalmente reinaba la buena vibra. Era nuestra primera vez en un contexto así y superó todas nuestras expectativas. Compartimos el día con colegas y amigos que admiramos mucho. También el público fue muy receptivo y amoroso con nuestra participación», completan.
Al sentimiento de empatía también hace referencia Panessi. «Estos line up hacen que el público se sienta mucho más parte. Entienden cuáles son las cosas que van y las que no», analiza, a la vez que recuerda, por contraste, los desafortunados comentarios que hizo José Palazzo, creador del Cosquín Rock, sobre el talento y las mujeres. En suma, encuentros así parecen responder a un espíritu de época. Sus creadores buscan captar lo que las nuevas generaciones, de las que son parte, reclaman: libertad de expresión y de experimentación, pluralismo y, sobre todo, inclusión.