En los últimos años se editaron una serie de trabajos que recorren el mapa inabarcable que trazan los ritmos del país vecino, a partir de figuras como Caetano Veloso, Gilberto Gil, María Bethania, Rita Lee, Djavan, Adriana Calcanhotto y Bebel Gilberto.
31 de octubre de 2019
Figura. El talento de Caetano como cantante se conjuga con su visión sobre su país. (Télam)
Más allá de la barrera idiomática que supone el portugués, las músicas de Brasil siempre fueron un faro incandescente para muchos músicos, críticos y escuchas locales. Y en los últimos años asomó una bibliografía posible, un corpus periodístico criollo que mira con atención hacia allí. Entre lo más reciente se ubica Otros carnavales. Conversaciones con músicos de Brasil, de Violeta Weinschelbaum, que en su reedición ampliada agrega algunos entrevistados y fotos a la original.
«En esta edición quise abrir un poco el panorama de la generación que le sigue a Adriana Calcanhotto o Carlinhos Brown, para acercarme con Bebel Gilberto, Fernanda Takai o Vanessa da Mata. También saldé deudas, como el caso de Lenine o Djavan. Fue la posibilidad de repreguntar y entender cuánto había cambiado la mirada de ellos en estos años», cuenta Weinschelbaum. Y agrega: «Por ejemplo, es muy notable lo que pasó con Gilberto Gil, más asentado y calmo en su vejez, una Rita Lee alejada de los escenarios y un Caetano Veloso experimental casi como el primer día».
Continente sonoro
Otros carnavales recopila entrevistas a los mencionados, además de Ney Mattogrosso, Djavan, María Bethania y otros. Aunque la autora lo considere azaroso, es significativo que el libro abra con Caetano. «Conjuga su talento como compositor y cantante con una capacidad de reflexión sobre su época, la historia musical y política de Brasil y su propia vida como ningún otro. No se me ocurre en el mundo una figura comparable con Caetano», afirma.
Charly Olmo conduce hace casi una década el exquisito Brasil sin escalas, por Radio Universidad de La Plata y es, acaso, uno de los periodistas que más sabe sobre música brasileña. «Tal vez se puede pensar en aquel estudiante de Filosofía en la Universidad de Bahía, donde reflexionaba sobre música, teatro, danza. Allí la respuesta a qué era Brasil empezó a darse en forma colectiva en lo que fue el Tropicalismo. Y esa idea la interpretó Caetano a lo largo de su obra. Entendía perfectamente que no se podían negar las características de la cultura de masas y de la industria discográfica».
Y no es sino el artista bahiano el protagonista de otro de los grandes libros sobre música brasileña de los últimos años: El mundo no es chato es una antología compilada por Eucanaã Ferráz que reúne crónicas, notas, ensayos y textos escritos por Veloso entre 1950 y 2005. Lo que se plasma allí es el registro vital del músico y su obsesión por Brasil y su historia, su cultura, el cine, las ideas, sus amigos y enemigos. En el filo de este año, Marea Editorial reeditará el clásico Verdad tropical, la historia del tropicalismo contada por el propio Caetano.
Además de los mencionados, Música brasilera (Ignacio Faulín) y Balance(o) de la bossa nova (Augusto de Campos) funcionan como un compendio de la música brasileña del siglo XX. Sobre todo el de De Campos, que tiene un recorrido mucho más audaz y abarcativo. El de Faulín se centra en las figuras de Caetano y Gil.
Así y todo, la historia musical de ese enorme país sigue siendo inaprensible, escurridiza. Y así es que algunas de estas publicaciones son como atajos hacia allí. «En Brasil las diferentes regiones definen identidades muy distinguibles. El hecho de que sea un país de dimensiones continentales y de influencias tan múltiples hace que su música sea, también, de variaciones infinitas», dice Weinschelbaum. Y Olmo completa: «Si hablamos de música popular de Brasil tenemos que hablar de samba, porque todo es samba, desde su origen. El disfrute nunca es solitario, siempre es con otros. Tal vez lo primero que a uno se le venga a la cabeza cuando piensa Brasil es que allí todo es mucho, todo es demais».