Gracias a los avances tecnológicos y los programas de software libre, los realizadores locales no necesitan de un presupuesto millonario para darles forma a películas de calidad. La experiencia de los directores de Hope Valley y El Patalarga.
25 de abril de 2019
Hope Valley. Inspirada en una historia asiática sobre grullas y dioses.Distintas investigaciones coinciden en que fue en Argentina, en 1917, donde se realizó el primer largometraje animado de la historia. La obra se conoció como El apóstol y estuvo a cargo del productor Federico Valle y el dibujante Quirino Cristiani, quienes lograron mover unos dibujos en papel que contenían un mensaje crítico hacia el gobierno de Hipólito Yrigoyen.
Con el paso del tiempo, la maquinaria estadounidense del entretenimiento ocupó ese espacio a nivel mundial. El dibujo animado se convirtió en una industria y lo sucedido en el país quedó como una anécdota para los libros, hasta que en el siglo XXI las producciones locales vuelven a posicionarse en el universo de la animación con talentosos realizadores, que son premiados en festivales de cine.
Los casos más conocidos son los de Gastón Ugarte y Carolina López Dau, que fueron contratados por Pixar para llevar adelante superproducciones como El buen dinosaurio, Wall-e y Coco. Por otro lado, están los que generan sus propios contenidos desde Argentina, como Federico Moreno Breser y Mercedes Moreira. Mientras Moreno Breser lleva adelante Hope Valley, Moreira le ha dado vida a El Patalarga.
Realidad virtual
Hace varios años que Moreno Breser viene trabajado con Hope Valley, una historia inspirada en una leyenda asiática que cuenta que si una persona logra hacer 1.000 grullas de origami, los dioses le concederán el deseo que quiera.
Se trata del primer cortometraje animado argentino realizado en realidad virtual. «Una vez inmersos en los universos virtuales, podemos experimentar y disfrutar de contenidos que son realmente impresionantes y nuestro cerebro no solo logra ajustarse y adaptarse a la experiencia, sino que además llegamos a percibir los mismos niveles de adrenalina y vértigo que ante determinadas situaciones en la vida real», explica Moreno Breser, que espera tener su corto listo para recorrer festivales a partir de junio.
Por su parte, Mercedes Moreno eligió la leyenda de El Patalarga, una historia que transcurre en un pequeño pueblito en el que los niños son amenazados con el temible Patalarga para que duerman la siesta sin molestar a sus padres. El largometraje está realizado con la técnica «cut out 2D/fotocollage digital». «Consiste en dibujar un personaje y dividir sus extremidades en partes, para luego unirlas sobre un especie de esqueleto generando las articulaciones. En la variante de fotocollage, se crean los personajes mezclando diversos fragmentos de fotografías previamente tomadas», dice la realizadora.
Con guion escrito por Edgar Roggenbau, las voces de los personajes sonarán conocidas para el público cuando se estrene en cines en vacaciones de invierno, porque las hicieron Favio Posca, Peto Menahem, Inés Efrón y Charo López, entre otros, con música de Eric Kuschevatzky.
«Con los avances tecnológicos de la actualidad y los programas de software libre, ya no cuenta tanto una superestructura ni un presupuesto millonario sino la imaginación puesta al servicio del arte, las buenas historias y la creatividad, para contar una historia animada de calidad», explica Carlos Manrupe, investigador del Museo del Cine y autor del libro Breve historia del dibujo animado en la Argentina.
«Tenemos tremendos artistas y no puntualmente por los centros de capacitación, sino porque el argentino es naturalmente autodidacta y hoy vivimos en un mundo y una generación de autodidactas», afirma Moreno Breser, que está al frente de la productora Mc Fly Studio.
Si bien el INCAA apoya la actividad, todavía no existe una vía exclusiva de animación. Para Mercedes Moreno, «se deberían producir más largometrajes de animación en Argentina, considerando que hay grandes directores, animadores y productoras de diferentes técnicas, y más aun teniendo en cuenta el alto número de espectadores que reciben las películas extranjeras del rubro en las salas».