Señales

Triste despedida

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Con su cámara retrató buena parte de la historia del movimiento cooperativo de crédito nucleado en el Instituto Movilizador, siempre haciendo gala de un gran nivel de profesionalismo y compromiso con su tarea, rasgos que distinguieron su trabajo hasta el último día. Carlos Carrión colaboró con Acción durante casi 30 años cubriendo actos, inauguraciones y múltiples eventos organizados en los bancos cooperativos de Rosario y su zona de influencia, además de la actividad institucional del IMFC.  A la par, trabajó para diarios nacionales (Clarín, Popular, Olé y los ya desaparecidos Rosario y Democracia) y en las agencias Télam, Diarios y Noticias, Noticias Argentinas y France Presse. Algunas de sus fotos integraron la muestra anual de fotoperiodismo de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina, institución en la que participó activamente. Pero el Negro Carrión, como lo apodaba la mayoría de sus colegas, fue, además, una persona querida y respetada por toda la comunidad de fotógrafos rosarina, algo que se vio reflejado en las incontables muestras de cariño y dolor que inundaron las redes sociales y los medios locales el 13 de diciembre de 2014, cuando falleció a la edad de 65 años. Quienes día a día compartían con él las coberturas en la calle (donde se movía como pez en el agua, siempre buscando el mejor ángulo) o en las canchas (en los últimos años hubo pocos partidos de Rosario Central y Newell’s Old Boys que no fueron captados por su lente), lo describen como alguien generoso y alegre, que siempre tenía un chiste a mano. Apasionado por el fútbol, amante del contacto con la naturaleza y los asados entre amigos, en el último tiempo Carrión había desarrollado una veta artística de su trabajo, con fotos  tratadas de forma tal que parecían pinturas.  Como una involuntaria despedida, la foto de tapa de uno de los últimos números de Acción (el 1.159, sobre empresas recuperadas) lleva su firma.

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