14 de septiembre de 2016
Reclamo. El caso golpea en la sociedad. (Facundo Nívolo)
Mientras en algunas instancias judiciales se debate si el represor Miguel Etchecolatz debe completar su condena por crímenes de lesa humanidad en la cárcel o se le concede la prisión domiciliaria por su edad, se cumplieron diez años de la desaparición de Jorge Julio López, el albañil que con su testimonio ayudó a condenar al ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense por genocidio.
López, querellante y testigo clave, permanece desaparecido desde la madrugada del 18 de setiembre de 2006 luego de testimoniar en el juicio, pero antes de que se leyera la sentencia a cadena perpetua. Declaró en la causa porque había estado detenido entre octubre de 1976 y junio de 1979 y fue testigo de la ejecución de dos desaparecidos a manos de una patota que dirigía Etchecolatz.