12 de julio de 2017
El cierre de una calera cordobesa provoca, como daño colateral a la pérdida de 70 puestos de trabajo, la desaparición de todo un pueblo. La cantera de Quilpo, en el departamento de Cruz del Eje, había implicado desde 1940 la creación de un poblado que la misma empresa había construido, con sus colegios, iglesia y viviendas, donde llegaron a vivir 300 familias. Como solía ocurrir por aquellos años, todo pertenecía a la empresa explotadora, en un principio, El Sauce.
Hasta que en 1994 la firma quebró y se hizo cargo de la explotación Cefas, que entre otros emprendimientos, es propietaria de las marcas El Milagro, Lougas y Malagueño y está asociada a un grupo mexicano. Los trabajadores denuncian que, desde el año pasado, percibieron que había un vaciamiento de Quilpo. Hasta que a fines de junio Cefas anunció el cierre total de Quilpo argumentando que «los cambios producidos en el mercado de materiales para la construcción, revelan una fuerte reducción del consumo de cal hidratada y como contrapartida una importante demanda de agregados pétreos».
«No es un hecho aislado. Acá cierra una fábrica detrás de otra», dijo a Tiempo Argentino Gustavo Contreras, comunicador comunitario de Cruz del Eje. Ya comenzaron las demoliciones de viviendas, situadas todas en tierras de la empresa.