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Revelaciones y nuevas hipótesis

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Manuel Alfieri

Un informe del Mossad asegura que los ataques contra la embajada israelí y la AMIA fueron cometidos por Hezbollah, sin participación operativa de Irán ni agentes locales.

18 de julio de 2022. En cada aniversario de la voladura de la sede de la AMIA se expresa un masivo reclamo de justicia.

TÉLAM

Los ataques terroristas contra la embajada de Israel en Buenos Aires y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) fueron perpetrados por una unidad secreta de Hezbollah, sin colaboración en el territorio por parte de ciudadanos argentinos ni de Irán. Eso, al menos, es lo que se desprende de un informe interno elaborado por el Mossad, la agencia de inteligencia israelí, recientemente sacado a la luz por el diario The New York Times. La divulgación del documento constituye un golpe a las investigaciones judiciales llevadas adelante por Estados Unidos, Israel y Argentina, que desde siempre señalaron al Gobierno iraní como autor intelectual de los brutales atentados antisemitas que aún hoy permanecen impunes.
De acuerdo con el artículo publicado por el emblemático periódico estadounidense, el informe del Mossad se basa en «información recopilada a partir de interrogatorios, vigilancia, escuchas telefónicas y agentes». Aunque aclara que la inteligencia israelí «aún cree que Irán, que apoya al Hezbollah, aprobó y financió los ataques y proporcionó financiación y equipo» , también indica que los agentes de la organización político-militar libanesa «no fueron ayudados a sabiendas por ciudadanos argentinos» y que Irán «no tuvo un papel operativo» en Buenos Aires, contradiciendo lo sostenido por la Justicia argentina y por todos los primeros ministros israelíes desde entonces hasta la actualidad, en el marco de un histórico enfrentamiento geopolítico con la nación persa.
El documento del Mossad descarta el apoyo de miembros de la embajada iraní en Buenos Aires, a contramano de lo que en su momento planteó el fallecido fiscal Alberto Nisman. De confirmarse la información, y en caso de que se incluyera en el expediente judicial, entraría en jaque la acusación que pesa sobre el ex agregado cultural de la embajada iraní Mohsen Rabbani, considerado hasta ahora el cerebro de los ataques. El Mossad asegura además que los atacantes no fueron llevados a los tribunales ni tampoco asesinados, sino que viven actualmente en El Líbano. En este caso refuta las versiones de la Casa Blanca, que afirma haber matado a los supuestos líderes terroristas en diferentes ataques.
Por otro lado, la investigación describe con precisión cómo habrían sido planificados los atentados contra la embajada de Israel (en 1992, con un saldo de 22 muertos) y la AMIA (1994, 85 fallecidos). Según el informe, los explosivos utilizados fueron introducidos de contrabando en Argentina por miembros de Hezbollah en botellas de champú y cajas de chocolate, y llegaron al país a través de vuelos comerciales provenientes de Europa. Luego, fueron escondidos en un parque de Buenos Aires.

Aclaraciones y reclamos
Luego de la difusión de la noticia se esperaba la reacción del primer ministro israelí, Yair Lapid, quien ejerce el cargo de manera interina a raíz de la caída del Gobierno de coalición de Naftalí Bennett. Sin embargo, quien finalmente habló sobre el tema fue Lior Hayat, director del Centro Nacional de Diplomacia Pública. El funcionario confirmó la autenticidad del informe publicado por el diario neoyorquino, pero continuó sosteniendo la tesis de que el Gobierno iraní está detrás de los atentados. «De ninguna manera le quitamos responsabilidad a Irán en los ataques de Buenos Aires. Lo que decimos es que, como agentes operativos en el terreno, no participaron ni argentinos ni iraníes, sino que los atentados los concretaron libaneses de Hezbollah, que es el brazo terrorista de Irán», afirmó el diplomático israelí ante Página/12.
Sebastián Basso, fiscal de la Unidad AMIA, también fue consultado por la prensa acerca del impacto que estas revelaciones podrían llegar a tener sobre la causa judicial. En ese sentido, dijo que, si «el informe tiene existencia real y se aporta oficialmente a la causa, se analizará». Sin embargo, y en sintonía con el Gobierno de Israel, aseguró que «las investigaciones de la Justicia argentina acreditan que Irán es el autor intelectual del atentado e Irán está detrás de Hezbollah». Por su parte, Mario Cimadevilla, exsenador y antiguo titular de la Unidad AMIA, consideró que, si los datos aportados por el Mossad son ciertos, «esto pone en evidencia que el interés de culpar a Irán tiene un trasfondo geopolítico».
El informe no cayó nada bien entre las organizaciones que representan a la comunidad judía en Argentina. La AMIA y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) emitieron un comunicado conjunto en el que aseguraron que «intentar hacer diferenciaciones entre Irán y Hezbollah solo lleva a provocar confusión» y que «no hay dudas de que ambos forman parte de la misma matriz terrorista».
También se pronunció Memoria Activa, agrupación de familiares y amigos de las víctimas. «La causa AMIA necesita más pruebas judiciales y menos informes de inteligencia. Más apego de los investigadores a la verdad y menos operaciones de prensa. Sobre todo, es indispensable que se deje de manipular y usar el caso en función de los avatares de la coyuntura política nacional e internacional. En definitiva –aseguran en un comunicado–, es imprescindible contar con una Justicia seria y creíble, capaz de garantizar una investigación imparcial que nos acerque, de una vez por todas, a la verdad y a la justicia».
Finalmente, el interventor de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), Agustín Rossi, pidió «prudencia» respecto de las revelaciones del documento israelí, que ahora debería «seguir el camino judicial». «Si Israel envía la información, la Justicia tendrá que determinar si esta información tiene validez», explicó.

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