Opinión

Carlos Heller

Dirigente cooperativista

El modelo para crecer con inclusión

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Decisión. Dos visiones contrapuestas de país se ponen en juego en las elecciones nacionales de este año.

Foto: Télam

El reciente cierre de las alianzas que competirán en las próximas elecciones nacionales mostró el contraste entre los modelos de país propuestos. En el caso de la recién nacida Unión por la Patria, continuidad de la amalgama de partidos que hasta ahora conforman el Frente de Todos, se ratificó su propósito central de «crecimiento económico con inclusión social».
El camino a seguir, en este sentido, pasa por «garantizar la protección y soberanía de nuestros recursos naturales, que sirvan al trabajo y el desarrollo argentinos; cuidar el empleo y el salario; desarrollar, de una vez por todas, una industria nacional fuerte y potente; hacer crecer la inversión en ciencia y tecnología argentina y recuperar la independencia económica y por el desarrollo de una Argentina federal».
Bien distinto es el modelo que, casi sin diferencias, alientan tanto Juntos por el Cambio (JxC) como La Libertad Avanza. El ingreso de José Luis Espert a JxC, propuesto por el precandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta, al igual que la promesa de alianza legislativa de su rival en la interna, Patricia Bullrich (en caso de ganar las elecciones) con Javier Milei, dejan en claro las amplias coincidencias de fondo.
En ambos programas electorales, con leves variaciones que sólo expresan rangos de sus principios neoliberales, se reiteran planes que contemplan una fuerte reducción del gasto público junto con rebajas impositivas, lo que implicaría un despiadado ajuste para lograr el equilibrio fiscal.
JxC anticipa también una rápida unificación del tipo de cambio y la eliminación del mal llamado «cepo», es decir, una brutal devaluación. Herramienta afín a la meta de reprimarización de la economía, sin contemplar las necesidades de la industria manufacturera, sector clave en la generación de empleo.
El mismo ajuste violento (con reformas laborales y jubilatorias en carpeta) es el propuesto por Milei, con su plan de pérdida de la soberanía monetaria a través de la dolarización.
Resulta relevante observar que ambos grupos opositores excluyen en sus plataformas referencias a la problemática de la deuda, con su secuela de condicionamiento para las políticas públicas.
La propuesta de Unión por la Patria, como se señaló, apunta a «recuperar la independencia económica», lo cual sólo se logrará con crecimiento por un lado y con un alivio de la carga que supone atender los pagos de la mega deuda tomada por JxC con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Está claro que se consiguió, frente a esos compromisos, un alargamiento de plazos de diez años (incluidos cuatro y medio de gracia), por eso se comienza a amortizar en 2026. Pero como he sostenido siempre: no hay acuerdos buenos con el FMI. Por eso habrá que seguir negociando para limitar al mínimo las condicionalidades y eliminar los sobrecargos.
Un adecuado manejo de la deuda (incluida la nominada en pesos); la superación de acontecimientos inéditos, como la pandemia de covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania y la sequía; y la plena explotación de los recursos energéticos (entre otros, con la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner), entre otras políticas de impulso a la producción, darán sustento al modelo propuesto para beneficio de la inmensa mayoría de la ciudadanía.

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