Opinión

Carlos Heller

Dirigente cooperativista

Claves para la política laboral

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Datos. Desde la pandemia se generaron 549.000 puestos de trabajo y la desocupación actual es de 6,9%.

Foto: Jorge Aloy

Como en los años 90 del siglo pasado y al igual que durante la gestión de Mauricio Macri, la propuesta de los precandidatos opositores para el área laboral es imponer un esquema de recorte de derechos. Es decir, lo que se conoce vulgarmente como «flexibilización», que consiste básicamente en que los empleadores puedan despedir trabajadores y trabajadoras con mayor facilidad y a menor costo.
La aplicación de esas recetas, así lo demostraron las experiencias concretas, provocó un fuerte incremento del desempleo y una correlativa descomposición del tejido social.
No parecen tomar nota de esas consecuencias aspirantes a la presidencia, como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien prometió «crear un puente al trabajo formal, extendiendo el período de prueba de tres a seis meses con un régimen simplificado». De ese modo, dijo, «eliminamos las barreras de ingreso al trabajo estable. Esto es clave para las pymes. Tres meses está probado que no es suficiente».
A juicio del precandidato de Juntos por el Cambio, la clave para la generación de empleo pasa, por ejemplo, por extender el período de prueba. Es decir, por ampliar el tiempo durante el cual los trabajadores y trabajadoras no cuentan con derechos plenos.
El esquema imaginado, de claro cuño neoliberal, incluye reducciones en los aportes empresarios a la seguridad social, para así «formalizar» a tres millones de trabajadores. Y la creación de fondos de cese laboral con aporte «voluntario para todos los empleadores que lo necesiten».
Es significativo que Larreta insista en sus propuestas cuando puede decirse que no se presenta hoy un problema grave de empleo. Hay cada vez más personas trabajando. Desde el primer trimestre de 2022 hasta enero-marzo de este año las pymes generaron en nuestro país 140.000 nuevos puestos de trabajo. En ese marco la tasa de desocupación sigue cayendo y actualmente se encuentra en el 6,9%.
Otro dato: desde la pandemia hasta abril pasado se crearon 549.000 nuevos empleos. Eso sucedió porque hubo un crecimiento de la actividad económica y, por lo tanto, aumentó la demanda por el mayor poder de compra de la población. 
Lo cual no implica desconocer que hay una discusión sobre la calidad de los empleos. Esto es, acerca de si muchos de esos trabajadores y trabajadoras reciben las remuneraciones que les correspondería recibir. En esta materia, más que desregular normas de protección de derechos laborales habrá que revertir la puja distributiva desatada por los formadores de precios, de modo que los salarios puedan recuperar lo perdido.
En definitiva, profundizar un modelo económico en el que los empresarios actúen con la certeza de que, si producen más, tendrán quienes, dentro del país, les compren esa mayor producción.
No se trata de tener mayores facilidades para despedir o de abaratar la mano de obra sino de generar un círculo virtuoso de la economía, sostenible desde el punto de vista laboral y productivo, que apunte a fortalecer la inclusión social.

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