Cooperativismo | 40 AÑOS DEMOCRACIA

Una conquista popular

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Diego Pietrafesa

Académicos y exfuncionarios abrieron con un primer debate el ciclo que el CCC dedicará a las cuatro décadas ininterrumpidas de Gobiernos constitucionales.

Ideas en movimiento. Rinesi, Barrancos, Aronskind, Junio y Frederic en la sala Pugliese.

Foto: Jorge Aloy

Aristóteles, los pueblos originarios, la Revolución Francesa, Adam Smith, Rosa de Luxemburgo. Y también Javier Milei, Néstor Kirchner, Cristina Fernández. Y Raúl Alfonsín y Carlos Menem. La primera jornada del ciclo de charlas «40 años de democracia: ideología, cultura y política» se inició en una colmada sala Osvaldo Pugliese del Centro Cultural de la Cooperación y se convirtió en un (no siempre) hermoso viaje por la historia.
El espacio resultó un ámbito ideal para debatir de la manera más provechosa, aun cuando las preguntas que quedaron sean tan importantes como las respuestas.
La convocatoria, titulada «La democracia frente a los avances de la derecha», la abrió el anfitrión, Juan Carlos Junio –director del CCC–, quien diagnosticó que «estamos en una situación peligrosa» y alertó sobre la irrupción de una derecha que «nunca, esencialmente, es democrática; ya que cuando se acentúan las contradicciones económicas con el pueblo su reacción es recortar el sistema democrático, apelar a la represión». Y contextualizó la discusión asegurando que «la democracia no es un obsequio del capitalismo sino una conquista popular».
Fue Ricardo Aronskind –economista, docente e investigador– el que comenzó su exposición con una idea que sobrevolaría la tarde noche: «Estamos en una democracia más que discutible», dijo. Sus palabras tejieron un contexto: «Termina la dictadura y se impone el argumento de que solo los militares fueron responsables, lo que impidió una comprensión profunda de qué había sido esa transformación política y social de la Argentina. Así nace nuestra democracia, con el poder económico impune. Cuando Alfonsín cae, cae por un golpe de mercado, de eso nadie habla. Aún hay radicales que señalan que fue el peronismo el desestabilizador. Menem fue una estafa electoral absoluta. Prometió salariazo y revolución productiva y a los dos meses se abrazó con Alsogaray. Entonces uno dice para qué necesito elecciones si después votás y no pasa nada, votás y te jodés, te callás y basta. Eso es una democracia restringida».
Aronskind identificó un lapso en que esas restricciones democráticas tuvieron al menos un respiro. Así sostuvo que «el kirchnerismo tuvo la virtud de autonomizarse relativamente frente a los poderes fácticos. Aunque Cristina haya admitido que ella solo tenía el 25% del poder. ¿El 75% restante estaba en manos de otras fuerzas políticas? No. Lo tenían las corporaciones».
¿De qué hablamos cuando hablamos de democracia? Ese podría ser un buen título para la intervención del primero orador, quien culminó asegurando que «estamos concediendo demasiado al llamar a esto democracia. Pienso en Jujuy: llego, cambio la Corte, pongo a mis amigos, pongo a la familia, encarcelo opositores, persigo, después cambio la Constitución y reprimo. El poder dominante llama a eso democracia».

Estado patriarcal
Luego tomó la posta Dora Barrancos –socióloga, educadora e investigadora–, quien sostuvo que «tenemos una democracia a medias, sobre todo en configuraciones de poderes que están deteriorados respecto a esa buena caligrafía inventada, por lo menos en 1789. Hablamos también de una democracia que ha sido inventada por el patriarcado, el orden jurídico del Estado moderno es patriarcal por donde se lo mire».
Barrancos refirió a una suerte de teoría del «mal menor», argumento que también se escucharía en toda la charla: «Tenemos una dificultad vertebral de la democracia desde su propia concepción y origen, desde su clasificación de clase. Se han permitido, sí, ampliaciones, restricciones y, por supuesto, desapariciones en órdenes muy dramáticos, frente a las cuales obviamente decimos “qué alivio que venga la democracia”. Esta es la cuestión, con todas sus averías y dificultades», reflexionó la investigadora.
Sobre el avance de la derecha en todas sus expresiones, la intervención de Barrancos puntualizó algunas de sus características: «La hípernovedad de las derechas es que se han convertido en extremas. Y la otra novedad es que han construido algo programático de lo que antes era una acción individual. La gente conservadora y reaccionaria era homofóbica, transfóbica, lesbofóbica, detestaba a las feministas. Ahora han construido planes de gobierno. Imaginen lo que será en sus repertorios tolerar la sola idea de que haya más que varón y mujer».

Retroceso
Sabina Frederic (exministra de Seguridad de la Nación) eligió orientar su análisis hacia adentro más que hacia afuera. En su opinión «el crecimiento de la derecha debería interpelarnos. El avance de la derecha es un retroceso de la izquierda. Cada vez me gusta menos hablar de progresismo, porque hay neoliberales progresistas, uno finalmente no sabe de qué lado estar. Hay algo que nosotros estamos perdiendo, hay algo que este sector, móvil, nos ha empujado a retroceder».
Como Aronskind, Frederic puso un mojón de tiempo en la ruta política argentina. Pidió «volver sobre los años 90, un período invisibilizado, gobernado –hay que decirlo– por el peronismo. Fue una época que implicó una reestructuración fatal de la matriz política, cultural y estatal de nuestro país, que los gobiernos de Néstor y Cristina trataron, junto con las luchas populares, de revertir. Mi hipótesis es que no pudieron hacer lo suficiente. No les alcanzó el tiempo, la embestida fue brutal».
Desde su experiencia en el área, la exministra puso foco en un tema que la derecha usa como propio: la (in)seguridadñ «En el proceso de retracción del Estado benefactor –dijo– se incrementó un proceso de securitización, incluso a pesar nuestro: desde el año 2002 no deja de crecer la tasa de encarcelamiento; la población penitenciaria se duplicó; y también se duplicó el número de miembros de las fuerzas de seguridad. Lo nuevo es la defensa de esa metodología como mecanismo de gobernabilidad, que es lo que está pasando en Jujuy».

Bien común
Cuando comenzó su exposición, Eduardo Rinesi (filósofo, politólogo y docente) recorrió las calles empedradas de la antigua Grecia: «Aristóteles decía que, puesto que en las grandes ciudades las mayorías son pobres, la democracia termina siendo el gobierno de clase de los pobres. Así como la oligarquía está muy mal porque es el gobierno de los ricos, la democracia está muy mal porque es el gobierno de los pobres. Uno podría preguntarle qué tiene de malo eso. Y él respondería “no te hagas el peronista” (risas), el problema es conceptual, un buen régimen de gobierno mira el bien común y no el bien de una clase, ni de los pocos ricos ni de los muchos pobres».
Rinesi agregó que «durante 24 siglos, desde el siglo V a. de C. hasta mediados del siglo XX, la democracia fue considerada una mala palabra en los lenguajes políticos dominantes. Consideraban que se trataba de mayorías incultas que traían el despelote social. La palabra democracia se volvió buena cuando se usó en oposición a nombres propios: al de Hitler o Stalin en Europa, al de Pinochet y Videla en Latinoamérica». El filósofo detalló cómo el poder vació de contenido y esencia al concepto que nació en Atenas: «Al contrario de la idea de los griegos, la democracia se volvió en un gobierno en nombre del pueblo, no del pueblo. El camino para esta concepción lo prepararon a fines del siglo XVII los grandes constitucionalistas norteamericanos, que instauraron el principio de que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes, que después se van a casa a ver Netflix (risas)».
Y sobre la libertad, ese objeto de culto para ciertas tendencias de la extrema derecha, Rinesi explicó que «tenemos una idea liberal de la libertad “de”: libres del Estado, de la Iglesia, de las corporaciones. Hay que defender otra idea más democrática: la libertad “para”, sobre todo para participar de manera activa y deliberativa de los asuntos públicos».

Video del debate completo:
https://www.florealweb.tv/lista/charlas-del-ccc/LztPrffKf3M

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