17 de enero de 2022
Los cortes del suministro eléctrico reavivan el debate: ¿mayor rentabilidad empresaria vía tarifazos o garantías de un servicio público esencial?
El AMBA sin energía. Cerca de 700.000 usuarios no tuvieron servicio eléctrico durante la primera jornada de calor extremo.
TÉLAM
«No existe otra forma de sostener la mejora del servicio que requieren nuestros clientes sin recursos tarifarios o subsidios», resumió el brasileño Claudio Weyner Cunha, country manager de Enel en Argentina (la empresa multinacional con sede en Italia, accionista mayoritaria de Edesur). Similares conceptos repiten a diario, y amplifican sus voceros mediáticos, los máximos ejecutivos de Edenor (desde hace poco en manos del grupo local Vila-Manzano). La cruda lógica del negocio busca así imponerse, como lo hicieron con total frialdad el exministro Juan José Aranguren y sus seguidores hasta 2019, cuando los niveles de rentabilidad de esas compañías se incrementaron a niveles escandalosos.
Frente a esos objetivos empresarios, el Estado, a través del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), señaló que se trata de un servicio público destinado a satisfacer las necesidades esenciales de la comunidad. «El servicio público eléctrico es para todos, debe prestarse en todo momento y respetar ciertas normas», mientras que los usuarios «necesitan protección, pues es un servicio prestado por grandes empresas privadas que tienen un monopolio legal y de hecho», indicó el organismo.
Los recientes cortes de luz, habituales cada verano y que en estos días castigó a casi 3 millones de personas y miles de empresas (700.000 usuarios metropolitanos), actualizan la discusión sobre los derechos de ambas partes. De allí que distintos sectores avivaran reclamos de una mayor intervención estatal, y hasta de una reversión del proceso privatizador que en estos días cumple tres décadas desde su inicio. Edenor y Edesur celebran el aniversario del traspaso que disolvió la exestatal Segba (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires), y siguen gozando de una concesión que se extenderá hasta 2087.
La crítica coyuntura actual se disparó por las elevadas temperaturas y la demanda industrial récord debido a la reactivación productiva. Como respuesta, las concesionarias eléctricas se apresuraron a exhibir planillas con inversiones de cientos de millones de dólares en los últimos años. Esos números, sin embargo, no aportaron ninguna claridad a los damnificados por los apagones, ya que no incluyen precisiones sobre las respectivas ganancias. Y mucho menos en cuanto a los recursos canalizados al exterior (por fugas y pagos de dividendos).
Para que la mayor demanda eléctrica pueda ser atendida, por lo pronto, se alentaron límites momentáneos en los consumos de grandes usuarios, así como también se dispuso trabajo a distancia y/o asueto para el personal de la administración pública.
En este marco, no puede soslayarse la decisión reparatoria adoptada por el Gobierno de extender hasta fines de abril próximo el congelamiento tarifario vigente desde comienzos de 2019. La segmentación que se pondría en marcha luego buscará mantener bajos valores para las familias más vulnerables, según se promete.
Accionistas
Cabe recordar que la Empresa Distribuidora y Comercializadora Norte (Edenor) es la mayor distribuidora de electricidad del país, por número de clientes y volúmenes vendidos: suministra aproximadamente el 20% del consumo total de electricidad. Su área de concesión abarca el norte y noroeste de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires (4.637 km2 y 3,2 millones de clientes, de los cuales cerca de la mitad, 45%, son residenciales).
Desde mediados de 2020, la Empresa de Energía del Cono Sur S.A. (Edelcos) pasó a ser el accionista controlante de la compañía (51%). De las acciones restantes, el 26,8% corresponden a la ANSES, 4,1% a Pampa Energía S.A. (Grupo Mindlin) y el resto al mercado. En Edelcos participan Andina PLC, titular de Edemsa, la distribuidora de electricidad de Mendoza, y de Hidroeléctrica Ameghino. Su propietario es Daniel Vila, dueño además del Grupo América, el segundo grupo de medios de Argentina; Mauricio Filiberti, accionista y presidente de Transclor S.A., líder nacional en la producción y distribución de productos electroquímicos y José Luis Manzano, accionista del Grupo América y de Andina PLC y de Global Income Fund Limited, fondo de inversiones en telecomunicaciones, televisión por cable, energía, petróleo y gas.
Edesur, a su vez, distribuye energía a cerca de 2,5 millones de hogares, comercios y grandes empresas en la Ciudad de Buenos Aires y doce partidos del Gran Buenos Aires (su área de concesión es de 3.300 km2), lo que representa el 20% de la energía del país. El 70% de la distribuidora pertenece a Enel (la multinacional con sede en Italia) y el 30% a la Sociedad Argentina de Electricidad (Sadesa), una compañía de Miguens-Bemberg Holding (firma dueña además de Central Puerto, la mayor generadora eléctrica privada de Argentina, y de Citrícola San Miguel, la principal exportadora de limones del país).