17 de mayo de 2021
El Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES vuelve a fortalecer su patrimonio, tras el profundo recorte sufrido durante el período 2016-2019. Un nuevo marco regulatorio sustenta su orientación hacia la inversión productiva.
Recursos públicos. Barrio de viviendas terminadas el año pasado en Ezeiza, al sur del Gran Buenos Aires, en el marco del plan Procrear. (Leandro Garcia)
El fondo público más importante del país (y de América Latina) y el único inversor institucional de largo plazo con capacidad de financiar proyectos clave para el desarrollo en sectores como energía, vivienda e infraestructura, vuelve a apostar a un rol proactivo.
Durante el primer año del actual gobierno, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), que respalda a las jubilaciones y pensiones, logró una recuperación de 8.000 millones de dólares, hasta alcanzar una valuación de 42.000 millones, lo que significó un crecimiento del 23,5%, según informó el organismo.
«Por primera vez en su historia el Fondo creció a pesar de que la economía tuvo un año recesivo», destacó la ANSES. La recuperación se explica, entre otras medidas, por el cierre exitoso del canje de deuda en dólares del Estado nacional, que implicó una reducción del riesgo país y una mejora en el valor de los títulos en cartera.
La ANSES recordó que desde su creación en diciembre de 2008 (al reestatizarse el sistema jubilatorio), la cartera del FGS se valorizó a una tasa del 12% anual en dólares hasta noviembre de 2015, y pasó (medido en moneda estadounidense) de 30.000 millones a 66.000 millones de dólares. En sentido inverso, entre diciembre de 2015 y noviembre de 2019 el Fondo se desvalorizó a una tasa del 9% anual promedio, lo que determinó una violenta caída de los recursos, de 42,2%, hasta 38.000 millones de dólares.
Entre los factores que determinaron la caída del valor del FGS en la gestión anterior se cuentan las devaluaciones de la moneda local, que terminaron pulverizando el valor de los activos en medio del pésimo desempeño macroeconómico de los últimos años; y la falta de inversión en proyectos productivos que contribuyeran a fomentar la economía real.
En segundo lugar, la Ley de Reparación Histórica habilitó a utilizar los rendimientos que generaban las diversas inversiones del FGS, e incluso la liquidación de activos, para el pago de los reajustes de haberes jubilatorios.
Además, en el peor momento del mercado (2018/19) se aumentó la exposición del Fondo a títulos públicos por encima del límite de 50% previsto en la Ley 24.241 (que eliminó las AFJP y creó el Sistema Integrado Previsional Argentino, SIPA). Ese tope, sin embargo, tuvo que ser elevado hasta 70% de forma transitoria, hasta diciembre de 2023 (por medio de la Ley 27.541 aprobada en diciembre de 2019), para paliar las múltiples emergencias acumuladas por el anterior Gobierno.
Herramienta de desarrollo
El Fondo, vale recordar, está compuesto por activos financieros tales como títulos públicos, acciones de sociedades anónimas, plazos fijos, obligaciones negociables, fondos comunes de inversión, fideicomisos financieros, cédulas hipotecarias, préstamos a provincias y a beneficiarios del sistema.
Entre los principales proyectos en los que el FGS actuó como promotor de inversiones se incluyen planes de viviendas en Salta, San Juan, Chaco, La Rioja, Mendoza, Entre Ríos y Río Negro, el financiamiento del Procrear, la finalización de la central atómica Atucha II y otras plantas energéticas; y el impulso a obras para ampliar el alcance de los servicios públicos y mejorar la infraestructura vial. Ese tipo de proyectos representaban casi 13% del valor total del fondo a fines de 2015 y se redujeron a apenas 3,7% en diciembre de 2019, debido a la decisión política de desarmar cualquier tipo de inversión productiva y reemplazarlas por activos financieros que no generaron ningún efecto positivo en la economía local.
Dato. El FGS creció un 23,5% en 2020. (Jorge Aloy)
Sobre la intención de profundizar la tendencia productivista del FGS, la directora ejecutiva de la ANSES, Fernanda Raverta, explicó que «se va a priorizar la inversión en proyectos productivos, buscando incrementar la participación en la cartera a niveles en línea con las mejores épocas del Fondo».
«Para eso se pondrá en marcha el Programa de Inversiones Estratégicas por hasta 100.000 millones de pesos, orientado a iniciativas que fomentarán el desarrollo de la economía argentina, fortalecerán la competitividad y generarán 9.800 empleos directos y 34.200 indirectos», agregó la funcionaria.
El monto destinado a inversiones productivas se incrementará así un 127,7% respecto a su valor a septiembre de 2020.
Por ejemplo, ya se anunció que se invertirán 17.000 millones de pesos en la ampliación del puerto de Mar del Plata, que comprende la construcción de un nuevo espigón en el sector pesquero, para aumentar su capacidad en un 33%. El subdirector ejecutivo de Operación del FGS, Lisandro Cleri, resaltó a su vez que «mediante la inversión en proyectos productivos se obtendrá una rentabilidad directa por pagos de capital e interés de los activos asociados, a la vez que se internaliza la rentabilidad indirecta que generan estos proyectos». Esa rentabilidad, añadió, «se refleja en el incremento del empleo registrado y el aumento de la recaudación impositiva con destino a la ANSES y a las arcas públicas en general».
Otra muestra clara del giro en las políticas del organismo previsional se evidenció con respecto a los créditos que la gestión anterior otorgó a jubilados y pensionados, que debieron endeudarse durante los últimos años para hacer frente al pago de tarifas, medicamentos y otros consumos esenciales.
Tras la suspensión en el pago de las cuotas de esos préstamos, se decidió condonar los intereses acumulados. Luego, semanas atrás, se anunció una nueva línea de financiamiento con tasas más bajas, a fin de reactivar el consumo de ese segmento social.