12 de diciembre de 2024
Compañías de capitales israelíes, estadounidenses y británicos prevén iniciar en 2025 la explotación en zonas aledañas al archipiélago usurpado.
Yacimiento offshore. La empresa prevé iniciar a mediados de 2025 un plan de inversiones por 1.400 millones de dólares a 240 kilómetros al norte de Puerto Argentino.
Foto: Getty Images
Sam Moody, director ejecutivo de la compañía británica Rockhopper Exploration, manifestó su complacencia en octubre pasado, cuando las autoridades de las Falkland Islands Government (FIG, el gobierno usurpador del archipiélago argentino) prorrogaron hasta fines de 2026, y ampliaron geográficamente, las licencias de producción de petróleo.
A fines de noviembre la empresa dio un nuevo paso: comunicó que obtuvo la aprobación para seguir adelante con la última fase de su proyecto de extracción de hidrocarburos Sea Lion, León Marino en castellano, luego de que su socio operativo, Nativas Petroleum LP (de capitales israelíes y estadounidenses), confirmara que no era necesaria ninguna otra consulta pública a los pobladores kelpers para avanzar.
Navitas prevé iniciar a mediados de 2025 un plan de inversiones por 1.400 millones de dólares en el área offshore (costa afuera) a unos 240 kilómetros al norte de Puerto Argentino. La compañía planea el inicio de la producción hacia el cuarto trimestre de 2027, luego de los trabajos en 23 pozos iniciales con una profundidad cercana a los 460 metros, en una reserva que podría rendir hasta 500 millones de barriles en 30 años. El área malvinense se ubicaría así en el nivel de Guyana, la tercera nación extractora, por detrás de Brasil y Estados Unidos, entre los productores que no pertenecen al cartel de la OPEP.
El progreso del desarrollo de Sea Lion incluyó un informe independiente actualizado referido a los recursos potenciales, realizado el mes pasado por Netherland Sewell & Associates Inc. (NSAI), consultora especializada con oficinas en Houston y Dallas. Según se informó, está prevista una instalación flotante con capacidad para producir, procesar y almacenar petróleo y gas en altamar (Floating Production, Storage and Offloading, FPSO en la sigla inglesa), con una tasa de extracción máxima de hasta 55.000 barriles diarios. Dicho volumen aumentará hasta 120.000 barriles por día una vez que se hayan completado las tres fases de desarrollo, precisó Rockhopper en una nota enviada a la Bolsa de Londres.
Está prevista la creación de más de 2.100 puestos de trabajo en el Reino Unido durante la etapa de construcción de la plataforma y el buque flotante (750 empleos directos y 1.375 asociados).
En un contexto de continua inflación de costos de la industria, el gasto de capital bruto requerido para la primera extracción de petróleo ronda los 1.400 millones de dólares, mientras que el desembolso total proyectado para las fases 1, 2 y 3 es de 4.000 millones. De todos modos, Navitas considera que la inversión financiera se compensará con los sólidos resultados que se esperan.
Recursos en alza
El nuevo relevamiento confirmó un aumento de los recursos petroleros del 16%, al pasar de los 791 millones de barriles que se habían certificado en enero último, a 917 millones, a los que deben añadirse los recursos de gas recuperables.
Aun sin estudios que lo certifiquen de forma fehaciente, el diario inglés The Telegraph afirmó que «se cree que el campo contiene 1.700 millones de barriles de petróleo, un reservorio varias veces más grande que Rosebank, el mayor desarrollo planificado por el Reino Unido para el propio Mar del Norte, que se estima que contiene 300 millones de barriles». De acuerdo con el estudio de NSAI, el punto de equilibrio de la producción es de aproximadamente 24 dólares por barril, lo cual arrojará un margen de ingresos tomando la cotización actual del petróleo Brent (del Mar del Norte) que supera los 73 dólares.
Rockhopper tiene una participación de explotación del 35% en Sea Lion y se beneficia de varios préstamos de Navitas en relación con el futuro desarrollo, que transformaría sustancialmente la economía del archipiélago, hasta ahora limitado a la cría de ovejas, la pesca y el turismo.
Navitas y Rockhopper descuentan buenas ganancias tras el hallazgo del tesoro cercano al grupo de islas (Soledad y Gran Malvina, las más grandes, y otras 800 más pequeñas) que 42 años atrás fueron escenario de 74 días de guerra en la que fallecieron 649 soldados argentinos y 255 británicos.
El desarrollo de Sea Lion, se estima, puede generar más de 1.200 millones de dólares anuales durante el pico de la producción. En el transcurso de la vida útil del yacimiento, el Gobierno de las islas obtendría ingresos por 1.700 millones, según calculó Rystad Energy, la consultora energética independiente más grande de Noruega.
El Gobierno británico de las islas, las compañías involucradas y los kelpers se ilusionan con la producción de ese enorme yacimiento cercano a las Malvinas, aun cuando la contrapartida de la prosperidad esperada tendría impacto medioambiental. De hecho, el laborismo, al que pertenece Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido, había prometido prohibir nuevas exploraciones de crudo y gas en aguas británicas. Pero las Malvinas son un territorio de ultramar autónomo y deciden por sí mismas el futuro de sus recursos naturales.
Navitas, por su parte, presentó una Declaración de Impacto Ambiental (EIA, por sus siglas en inglés) de 1.591 páginas que se puso a consulta entre los 4.000 habitantes (todos con ciudadanía británica) de las islas.
Dos años atrás, el Ministerio argentino de Relaciones Exteriores reiteraba su repudio a las actividades llevadas a cabo por Navitas en las Islas Malvinas, sin los permisos de exploración y explotación necesarios. Ya en abril de 2022 se habían declarado «ilegales» las actuaciones de la compañía israelí y se la inhabilitó por 20 años para desarrollar actividades en territorio argentino. Concluía la Cancillería: «El Mercosur, el Grupo de los 77 más China (la mayor organización intergubernamental de países en desarrollo en las Naciones Unidas, que hoy agrupa a 131 países) y la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (foro de vinculación entre Sudamérica y África que nuclea a 24 Estados ribereños) han reconocido el derecho de la República Argentina a tomar medidas judiciales, respetando plenamente el derecho internacional y las resoluciones pertinentes, contra las actividades no autorizadas de prospección y explotación de hidrocarburos en la zona en disputa».