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Primeros pasos

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Daniel Vilá

Entre enfrentamientos internos y la confrontación con las políticas gubernamentales, el principal sector de la oposición, Juntos por el Cambio, inició la campaña de cara a las legislativas nacionales. Pujas por el posicionamiento para el futuro armado de listas.

Reencuentro. Bullrich y Carrió, protagonistas de las discusiones en la alianza J×C. (NA)

Cuando la actualidad política parecía reducirse a una disputa sobre el modo de administración de la pandemia, los principales referentes de Juntos por el Cambio (J×C) decidieron dar inicio a la campaña electoral, circunstancia que promete agudizar los conflictos y alterar el panorama de las alianzas internas.
Hasta hace pocas semanas, los enfrentamientos se desarrollaban con una acordada cautela, se procuraba ubicar al expresidente Mauricio Macri en el sitial de numen inspirador al que se respeta unánimemente –aunque no eran pocos los que en la intimidad lo consideraban un muerto político– y con tonos de diferente intensidad las distintas voces intentaban conformar un armónico coro para fustigar cualquier iniciativa del oficialismo.
Pero la precaria paz se hizo trizas, aparecieron las urgencias por definir candidaturas y los adversarios fueron señalados con nombre y apellido. Como no podía ser de otro modo, la inefable Elisa Carrió descolló en la tarea de arrojar leña al fuego. Sus víctimas propiciatorias fueron esta vez el jefe del bloque cambiemita en Diputados, Cristian Ritondo, y el arisco Emilio Monzó, alguna vez vinculados al pejotismo más conservador. La acusación que esgrimió resulta insólita por donde se la mire: los inculpa por supuestamente haber pactado con el oficialismo para instalar infiltrados en las listas opositoras. La causa de la irritación de Carrió es la intensa actividad de ambos dirigentes para ampliar el espacio con personajes que otrora pasaron por el PJ.
Ante el exabrupto, Ritondo eligió guardar un prudente silencio. En cambio, un aliado de Monzó, Nicolás Massot, no ahorró contundencia en su respuesta: «Sabemos que utiliza seguido la difamación como forma de posicionamiento político», dijo.

Recomendaciones
También el principal escudero del expresidente, Miguel Ángel Pichetto, se sumó a las controversias. Como era previsible, ratificó su lealtad a quien lo designara compañero de fórmula en 2019, le bajó el precio a una eventual candidatura presidencial de Horacio Rodríguez Larreta –«el liderazgo habrá que dirimirlo democráticamente en las PASO»– y hasta se dio el lujo de recomendarle al jefe de Gobierno porteño que haga un trabajo «más federal». Añadió que Larreta no podrá concretar sus aspiraciones sin el apoyo de Macri, «que tiene lo que siempre tuvo Cristina: 25 o 30 puntos duros en todas las encuestas».
En tanto, la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, recorre distintas provincias con el objetivo de amalgamar a las fuerzas de la derecha más dura, encabezar la lista capitalina para las legislativas de este año, fortalecer la corriente intransigente de J×C y reforzarla con el ansiado ingreso de Ricardo López Murphy y sus raleadas huestes. Con la excusa de la presentación de un libro apologético de la mano dura, la titular del PRO encabeza actividades en las que no se reúne mucha gente, pero logra crear repercusión pública en base a episodios confusos, como el sucedido en Villa Gesell con policías bonaerenses. El larretismo capitalino pretende bloquear sus ambiciones y para ello cree contar con un postulante ideal: el actual ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, que –como es natural– mide bien en las encuestas de opinión que ha contratado. Resta conocer los planes de la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. Martín Lousteau, se sabe, no participará de estos comicios ya que se reserva para competir por la jefatura de Gobierno en 2023.
El panorama en la provincia de Buenos Aires no es menos fluido. Pero en este distrito la mira no está puesta tanto en quién encabezará la boleta en las legislativas, como en quién quedará mejor posicionado para candidatearse a gobernador. No obstante, Carrió, que en otra de sus clásicas piruetas anunció su vuelta al ruedo, manifestó que busca quedarse con el primer puesto en la boleta de diputados nacionales.
¿Quiénes son los que pretenden suceder a Axel Kicillof? Jorge Macri, intendente de Vicente López, se apresuró a revelar su deseo, pero el apellido familiar le juega en contra; Gustavo Posse, su par de San Isidro, viene labrando el terreno desde hace años y cuenta a su favor con la necesidad del radicalismo de ocupar puestos relevantes, tras el ninguneo al que lo sometió el macrismo durante cuatro años; Cristian Ritondo, exministro de Seguridad de Vidal, está bien posicionado para la contienda, sobre todo si la exgobernadora vuelve a la CABA. El intendente de La Plata, Julio Garro, aparece muy distanciado del pelotón y Monzó –un experto en roscas y alianzas– difícilmente logre vencer las resistencias de la ortodoxia cambiemita.

Confusión en la Cámara
En Santa Fe, la pelea es por la banca senatorial. Como si el tiempo se hubiera detenido, Larreta y Carrió propondrían al cómico Miguel Del Sel, pero otro importante sector apuesta al eterno Carlos Reutemann, que en 18 años ocupando la banca, prácticamente no abrió la boca, pero aportó siempre su voto contrario a cualquier iniciativa progresista.
En este contexto, lo incontrastable es que el PRO y sus aliados han hecho pocos méritos para conservar o incrementar sus escaños. Prácticamente no han presentado proyectos relevantes, su actividad legislativa se circunscribió a oponerse a los proyectos del oficialismo o a pergeñar insólitas iniciativas. Pruebas al canto: una decena de diputados de ese espacio acaba de presentar un proyecto para derogar la Ley de Alquileres aprobada en junio último, promueven que la acción de desalojo se concrete por juicio sumarísimo y que el juez ordene la inmediata entrega del inmueble a su propietario.
Otro ejemplo: bajo el influjo de Donald Trump y Jair Bolsonaro, el legislador neuquino Francisco Sánchez, que se autodefine como «un hombre de derecha», anunció públicamente que está trabajando en una norma que propicia la flexibilización del uso domiciliario de armas en manos de «los ciudadanos decentes ante la inseguridad imperante y la ausencia del Estado». Como no supo precisar cuáles son esas trabas y demostró un total desconocimiento del tema en un programa periodístico de TV, su entrevistador lo invitó a comunicarse con el titular de la Agencia Nacional de Materiales Controlados, Ramiro Urristi, para que lo interiorice acerca de las normas vigentes en la materia.
Para terminar, una perla. El diputado mendocino de J×C Luis Petri, que había votado en 2020 la Ley de Teletrabajo con el argumento de que «es fundamental contar con una ley para promover y garantizar derechos de los trabajadores», acaba de fustigar duramente la norma porque sus consecuencias «serán la alta conflictividad laboral y la reticencia de los empleadores en utilizar esta modalidad». La pregunta de su colega del Frente de Todos, Vanesa Siley, fue pertinente y contundente: «Luis, ¿vos leés las leyes antes o después de votarlas?».

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