Economía

Sin piso a la vista

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Pese a las medidas implementadas por el Gobierno de cara a las elecciones para reactivar el consumo, continúa en caída y no presenta signos de recuperación. Reemplazo de primeras marcas por segundas. El mito del boom exportador.


Conducta defensiva. Los consumidores se volcaron a las marcas menos conocidas. (Daniel Vides/ Noticias Argentinas Baires)

El Gobierno implementó una batería de medidas para reanimar el alicaído consumo: relanzamiento del Plan Ahora 12, línea de préstamos a jubilados, pensionados y beneficiarios sociales, subsidio a la compra de vehículos 0 km, postergación del cobro de los aumentos tarifarios hasta después de las elecciones, entre otros.
De todas ellas, los préstamos fondeados por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) se destacan por su potencial impacto masivo. Los créditos son de fácil acceso, con topes de hasta 80.000 pesos para los jubilados y 6.500 pesos para beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. La Anses proyectó inyectar por esta vía 124.000 millones de pesos. A la fecha, el organismo previsional entregó alrededor de 2.500.000 de créditos por 60.000 millones de pesos.
El último informe de coyuntura del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) detalla que «el destino de los créditos ha sido centralmente el gasto, y solo un 17% fue utilizado para cancelar deudas previamente contraídas con otras instituciones. El 47% de los créditos se destinó a la construcción y reparación del hogar, hecho que hace prever un relevante impacto económico por los elevados multiplicadores de empleo y actividad asociados con el sector. Le sigue el gasto en alimentos y ropa (22%, por 12.172 millones de pesos) y gastos médicos y de salud (7%, por 9.405 millones de pesos)». Aun así, el consumo continúa por el piso. Los últimos datos del Indec (correspondientes a mayo) revelan una fuerte caída interanual de las ventas en supermercados (-13,5%) y shoppings (-18,7%).
Por su parte, los relevamientos privados mostraron idéntica tendencia para junio. Por ejemplo, el tradicional sondeo realizado por la consultora Kantar Worldpanel revela que el consumo masivo (alimentos, bebidas y productos de higiene y limpieza) cayó  un 9% interanual. El dato es preocupante porque el retroceso fue mayor al de mayo, cuando llegó al -6%. En el segundo trimestre de 2019, el ranking de las mayores caídas estuvo encabezado por los productos congelados y lácteos. Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea, el consumo de leche per cápita durante el primer semestre de 2019 es un 17% inferior al año pasado.
 
Tendencia
La caída del consumo de junio redondeó un primer semestre para el olvido. Los datos acumulados del período muestran un retroceso del 8% interanual, que atraviesa de manera transversal todos los niveles socioeconómicos, regiones y puntos de abastecimiento (hipermercados, supermercados y autoservicios). Otra tendencia verificable es el auge de las segundas y terceras marcas. El tema adquirió visibilidad a partir de una mención realizada por Cristina Fernández de Kirchner, durante la presentación de su libro en Mar del Plata, donde la expresidenta sostuvo que «durante nuestra gestión, los supermercados rebosaban de mercaderías de primera marca. Ahora aparecen y proliferan marcas que nadie conoce: “Pindonga”, “Cuchuflito”. Hasta te venden productos que dicen en lugar de leche, producto lácteo que contiene leche. ¿Qué es eso?».


 

El oficialismo utilizó esas palabras para endilgarle a la exmandataria un supuesto menosprecio a las pymes. Sin embargo, el periodista Ernesto Tiffenberg aclaró que «las llamadas segundas marcas son por lo general fabricadas por las mismas grandes empresas que ofrecen las primeras, la mayoría de las veces como «marcas propias» de los supermercados, donde lo que cambia es la etiqueta. Otras, ante la caída del poder adquisitivo, para competir consigo mismas sin afectar el precio de sus marcas principales y bloquear así el crecimiento de empresas menores dispuestas a sacrificar rentabilidad para alcanzar un lugar en el mercado. Una rápida recorrida por los «productos esenciales» que más crecieron en las últimas semanas muestra que la leche preferida fue La Martona, fabricada por Mastellone para no afectar a su marca insignia, La Serenísima. Otros rubros estrella son el azúcar, donde resalta Dominó, producida nada menos que por el gigante jujeño Ledesma, o la yerba con palo, en la que resalta Chamigo, salida de la factoría Molinos».
En ese sentido, la consultora especializada Focus Market precisó que «de 2016 a 2019 las marcas mayoristas y poco conocidas pasaron de una participación del 32,6% al 42,8% en unidades y del 21,5% al 27,7% en facturación».  Por su parte, los dueños de supermercados coinciden en que el reemplazo de «primeras marcas» se transformó en una generalizada conducta defensiva, luego de la corrida cambiaria de abril del año pasado. Por caso, el hipermercado Wall Mart registró un crecimiento de la facturación de los productos con marca propia (como porcentaje de las ventas totales) del 12% al 18%, en poco menos de un año.

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