El economista, que se vinculó hace 50 años al Instituto Argentino para el Desarrollo Económico y colaboró en la creación y dirección de la revista Realidad Económica, falleció a sus 80 años, dejando los frutos de su trayectoria en manos de una nueva generación.
12 de julio de 2019
(Foto: Juan C. Quiles/3 Estudio)Alos 80 años y con cinco décadas de trayectoria en el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE), falleció el 23 de junio Juan Carlos Amigo, director de la revista Realidad Económica desde 1984. «Tuve otras vidas además del IADE, pero esta fue la principal», solía afirmar con orgullo Amigo, cuando se le preguntaba acerca de su trayectoria profesional. Contador, economista y docente, se acercó al IADE en el turbulento 1969 y nunca más se fue. «Me aquerencié» comentaba con mueca sonriente, con esa mueca que lo llevaba a fruncir la comisura izquierda de su boca e impedir así el estallido pleno de una sonrisa. Quizás por este aquerenciamiento, hablar de Juan Carlos Amigo es hablar del IADE, y de su herramienta, Realidad Económica. El Instituto estuvo muy vinculado a los comienzos de la expansión del movimiento cooperativo de crédito, y la revista, de la cual Amigo integró el Consejo de Redacción desde sus inicios, fue pensada como medio para brindar información política al movimiento, en particular un análisis permanente de la coyuntura. Para Amigo, el IADE siempre fue más que Realidad Económica, porque por el Instituto pasó una parte muy importante del quehacer social, político y económico del país, debido a que sus consejos consultivos siempre tuvieron una especial vinculación histórica. Lo acreditan nombres como Arturo Sampay, Horacio Giberti y Adolfo Dorfman, entre muchos otros. «El desarrollo del IADE fue excepcional. Que una entidad se haya fundado con determinados objetivos y que a través del tiempo los haya mantenido incólumes, merece todo mi respeto», dijo Amigo en su entrevista para el Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito. Un respeto que sin lugar a dudas Amigo ayudó a construir como miembro del directorio de la entidad primero y, después, como director de Realidad Económica desde el número 60/61.
«Amigo tiene una historia personal y profesional vinculada a una parte del pensamiento nacional en términos de economía, pymes y mercado interno», recuerda el presidente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Edgardo Form. Y los integrantes de la comisión directiva del IADE acuerdan en que Juan Carlos siempre estuvo a horcajadas entre el Instituto y la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme). En el primer párrafo de la despedida a uno de sus fundadores, la Comisión Directiva de Apyme resalta su figura como «militante con visión progresista y humanista. Compañero íntegro y entrañable, siempre dispuesto a escuchar, siempre capaz de decir lo justo y necesario para desmalezar los caminos del pensamiento y la acción por un mundo mejor, justo y solidario». Con Roberto Gómez, exdirector de Acción, Amigo compartió no solo redacción en los inicios de ambas publicaciones, sino también una entrañable amistad. «Juan Carlos era un tipo muy querible, muy moderado. Era un hombre de retaguardia, de bajo perfil, un gran trabajador y muy respetado. Pero esencialmente, era un hombre de consensos».
Hasta agosto de 2016 Juan Carlos estuvo a cargo de Realidad Económica, «una hazaña que fue posible por la conducción inteligente, audaz, equilibrada y siempre impecable de Amigo. Más que impecable, rayana en la obsesión, pues su grado de compromiso lo obligaba a ello», relata José María Cardo, integrante de la Comisión directiva del IADE, en un perfil que recuerda la trayectoria del economista. Fue Juan Carlos quien dio por terminado su ciclo al frente de la revista, y se puso al frente del proceso de traspaso generacional, tanto en el IADE como en la publicación, y con suma paciencia y generosidad fue poniendo en manos de Marisa Duarte, no solo la información acerca del manejo administrativo y académico sino, esencialmente, de los vínculos y las relaciones personales que el dirigente supo construir durante su trayectoria. «El IADE me dio muchísimas cosas, pero fundamentalmente me dio una enorme cantidad de amigos, compañeros de ruta, magnificas relaciones personales, y también políticas y académicas», afirmó Amigo para el Archivo Histórico. Y por qué dudar de su testimonio, cuando Marisa Duarte afirma que cada día al finalizar la jornada de trabajo en la oficina del Instituto, Juan Carlos se despedía con un «cuiden al IADE».