10 de julio de 2023
Los cooperativistas estamos en el mes del Día Internacional de las Cooperativas, que se conmemora en todo el planeta el primer sábado de julio. Nuestro movimiento tiene una importante presencia en el mundo, se estima en 1.200 millones de personas asociadas a una cooperativa.
Lo central para nosotros es rescatar los valores del cooperativismo ante los desafíos del mundo actual. Más que nunca resulta imprescindible plantear el tema de la solidaridad, que para algunos puede ser solo una palabra o una expresión, pero de lo que se trata es que para que exista un sistema auténticamente democrático la sociedad tiene que avanzar hacia ideas solidarias, convivenciales. Es necesario que ganen terreno esos valores y no los opuestos que, debemos reconocer, están en crecimiento en el mundo. Entre otros, se expande la deshumanización del diferente y se lo transforma en enemigo, se profundizan las fracturas de carácter económicas y sociales, surgen reacciones en Europa y en América Latina por esas fracturas. El ejemplo de París de estos días es muy claro. Es preocupante la emergencia de propuestas políticas de ultraderecha que reiteran sus posiciones negadoras del sistema democrático.
En ese contexto, es indispensable rescatar la idea de democracia, que debe estar indisolublemente unida al paradigma de la igualdad social. Al igual que la idea de libertad. No hay libertad y democracia si no hay una propensión en la sociedad, y se toman medidas al respecto, tendiente a reducir los extremos sociales y culturales. Esos son los valores que nos preocupa difundir hacia toda la ciudadanía.
Ofrecemos a la cooperación como una alternativa de gestión en el marco de esos principios. Miles de experiencias concretas han demostrado, en el mundo y en nuestro país, que es posible, interesante y valioso, que los sistemas como el cooperativo crezcan en la sociedad, y actuen de consuno con la actividad privada y el Estado.
La distribución pendiente
Acerca del rol del Estado es imprescindible señalar la enorme importancia del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, inaugurado el 9 de Julio, Día de la Independencia. Es un avance trascendente hacia la soberanía energética en el que ha sido determinante el rol del Estado como estratega y planificador de los proyectos fundamentales para una Nación. La del gasoducto es una muy buena experiencia reveladora de cómo el Estado puede actuar articulando el rol de la actividad privada, de los profesionales y de los trabajadores. Es un ejemplo sumamente valioso de concurrencia de distintos factores bajo la iniciativa del Estado Nacional.
Además, esta conjunción es generadora de trabajo federal, porque a lo largo de toda la traza se requieren trabajadores. También es generadora de divisas, ya que se ahorran al no tener que importar gas, y luego será una fuente de ingresos por las exportaciones que se irán generando. En el acto inaugural, la vicepresidenta Cristina Fernández planteó que es imprescindible la reducción de la tarifa a los argentinos, porque si somos grandes productores de gas y petróleo, no tendríamos que pagarla en dólares en nuestros hogares.
Por último, dado que estamos en plena campaña electoral, más allá de las preferencias políticas de cada uno, insisto en destacar la importancia de los programas de gobierno, o sea, el contenido que debe ponerse sobre la mesa de debate. A nuestro juicio, resulta imprescindible, además de crecer, que se distribuya riqueza, ya que el país, luego de la pandemia, siguió creciendo, pero el tema de la distribución de la riqueza sigue siendo una asignatura pendiente, porque no se ha podido avanzar en mejorar el salario, teniendo en cuenta los 19 puntos porcentuales perdidos durante el período macrista.
Tampoco se pudo avanzar en forma determinante con la problemática social de la pobreza e indigencia, como así también se debe mejorar los niveles de vida de las clases medias, fundamentalmente del estrato más bajo, ya que es muy numeroso en nuestro país.
Otro gran tema es el de los recursos naturales, que requiere de un gran debate, ya que deben ser una de las fuentes de obtención de riqueza para distribuir mejor. No alcanza con industrializar los recursos naturales, sino que se deben mejorar los ingresos a través de las regalías y de la revisión de los códigos mineros establecidos durante el menemismo. Todo ello forma parte del debate nacional.
Se trata, en suma, de establecer cómo se puede seguir conquistando derechos civiles, sociales y culturales. Para ello, es decisivo el debate de programas y modelos de país que se desarrolla en este proceso eleccionario.