1 de noviembre de 2022
«La crítica como ejercicio desde las ciencias, la cultura y el pensamiento» fue el nombre de la jornada que se realizó en la Sala Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. En la misma intervinieron Gisela Catanzaro (UBA-CONICET), Sandra Torlucci (UNA), Paula Aguilar (Colección Historias del Presente CCC), Juano Villafañe (director artístico del CCC), Jorge Dubatti (AICA CCC) y Juan Francisco Martínez Peria (Historia CCC).
Para dar inicio, Villafañe destacó: «En su momento, con Floreal Gorini pensamos en una plataforma para la aplicación de un ejercicio crítico de la actividad artística y cultural. Pero a su vez también en esa plataforma de trabajo era muy importante el sentido de la crítica alrededor de la crítica específica. La de la crítica del arte, de la teórica intelectual en un campo académico, de la crítica en la política cultural o de la crítica de la cultura; y por otro de la crítica de la política», explicó el director artístico.
Luego continuó: «Eso permitió una crítica del arte asociada a una crítica de la teoría, desde la teoría, a una crítica cultural. Yo creo que hasta el día de hoy lo hemos mantenido».
Luego llegó el turno de Catanzaro, quien comenzó exponiendo: «Como decía Schuster, la crítica, en su sentido moderno, es al mismo tiempo algo que tiene que ver con lo intelectual y también con lo práctico, en el sentido de algo práctico-político, y que si se pierde esa complejidad en la idea de la crítica ya somos reaccionarios antes de decir nada –dijo la especialista–. Hay otra cuestión que quería traer, y viene a propósito de un dilema político, tiene que ver con la crítica del juicio y la autorreflexión. Hay una duplicidad irreductible en el concepto de crítica que no se puede dividir. Por un lado la crítica apela al juicio, a un juicio sobre lo existente, pero la crítica también implica una suspensión del juicio, una suspensión del juicio para poder reflexionar sobre los valores sociales».
Tras una pausa, Catanzaro agregó: «Si nosotros no suspendemos el juicio para poder problematizar los valores en juego que están en el juicio, reproducimos los valores sociales dominantes. Por lo tanto, así como la crítica tiene que juzgar, también tiene que hacerle lugar a este momento de suspensión de los sentidos dominantes para, precisamente, poder realizar su labor crítica».
A continuación, Peria mencionó: «Me gustaría hoy hablar sobre cuáles son los ejes para pensar críticamente a América Latina. Porque es dónde estamos y dónde nos constituimos y desde dónde, creo yo, que tenemos que pensarnos. Advertir cuáles son los problemas, lo que nos nuble la visión o nos impide pensar críticamente lo que podemos llamar el discurso hegemónico –dijo el historiador–. Uno de estos problemas es el eurocentrismo, nuestra cultura dominante, tanto a través de los medios de comunicación como en la educación. Aprendemos teorías, aprendemos autores que surgen para la realidad europea y pensamos el mundo a través de esas teorías y lo que suele ocurrir es que la realidad se da de bruces con esas teorías sobre todo en una América Latina sumamente compleja, esta, nuestra América Latina».
A continuación, Torlucci también reflexionó sobre la cuestión: «Quiero hablar de la metáfora, como era el eje del pensador Jean Paul Ricoeur, la metáfora como una posibilidad de pasar del discurso a la acción tomando la metáfora como una práctica imaginaria que recompone la posibilidad, o permite la posibilidad de producir nuevos sentidos y, con esa producción de sentidos, modificar el mundo –dijo Torlucci–. O sea que es una posición crítica la de la metáfora, es con la metáfora la única forma de acceder a la posibilidad de construcción de otro mundo, de otro mundo posible».
«Noviembre, con el cumpleaños número 20 del Centro Cultural de la Cooperación en la avenida Corrientes, nos invita a pensarnos como colectivo en el ejercicio de la crítica –se explayó Aguilar ya cerca del final–. En estos tiempos lo colectivo es un bálsamo y el CCC tiene en su condición innata de productor del ejercicio de la crítica, así como la producción de conocimiento en las ciencias sociales siempre pensado como un modo de la batalla cultural y de la práctica política emancipadora».
Y para concluir la velada, Dubatti recordó a los presentes: «Quiero pensar un poco en el tema de la relación entre espectadores y la crítica. En ese sentido, creo que una de las cosas fuertes que hizo el CCC fue este empoderamiento de las y los espectadores como sujetos críticos, sujetos complejos, como agentes fundamentales del campo teatral, como sujetos de derechos y especialmente como ciudadanos y ciudadanas».