11 de julio de 2014
Con motivo de la publicación de Teoría transcultural del arte. Hacia un pensamiento visual independiente, libro del antropólogo y escritor Adolfo Colombres, tuvo lugar, en la sala Jacobo Laks del ccc Floreal Gorini, una charla debate a cargo del autor, junto con Nathalie Goldwaser (licenciada en Ciencia Política), y Mercedes Liska y Juan Pablo Pérez, integrantes, respectivamente, de los departamentos La Ciudad del Tango y Artes Visuales del ccc. «¿Cómo pensar otros saberes, otros conocimientos, otros bagajes a partir de lo intercultural?», se preguntó Pérez al inicio, poniendo en cuestión la concepción de arte construida desde Europa en la modernidad. Seguidamente, destacó el valor de los saberes populares e indígenas, enmarcando a la teoría transcultural en la disputa por los «espacios de poder y los significados de centro y periferia». Sobre la obra de Colombres, Liska dijo: «Recupera el espesor de cómo se han conformado históricamente los juicios estéticos en relación con los gustos y, desde ese lugar, da cuenta de cómo se insertan ciertos objetos artísticos en una dimensión compleja». Goldwaser se refirió a la valoración que hace el autor del concepto de diversidad «porque escribe sin pelos en la lengua y trastoca todo el gran andamiaje en el que se apoya la universidad», y remarcó la importancia de vincular el mito y la razón, tal como había propuesto el antropólogo en 2001, en su libro Hacia una teoría americana del arte. Colombres, por su parte, si bien destacó aspectos positivos de la modernidad como el de haber impulsado «un ideal emancipador», señaló su costado negativo, al haber arrasado con el tiempo y el espacio y haber modificado las nociones antiguas de arte. «La deslocalización que ahora se acentúa con la globalización –concluyó– es un gran proceso que significa arrasar con los lugares, con el espacio, con la tierra».