30 de mayo de 2023
Un modelo de respuesta a eventuales pandemias es discutido por la ONU y la OMS. Los intereses de las compañías farmacéuticas y la contradicción entre lucro y equidad.
Curarse en salud. Producción de vacunas. La equidad y los derechos de propiedad intelectual, en debate.
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«Los fracasos de la covid nunca deben repetirse», porque la respuesta global a la pandemia «les falló a las personas en los países en desarrollo, a las mujeres y a los trabajadores de la salud», coincidieron los expositores durante las recientes audiencias convocadas por la ONU que –al igual que la Organización Mundial de la Saludo (OMS)– discute un modelo futuro de respuesta a eventuales pandemias, con igualdad en el acceso a las vacunas y a los tratamientos.
Pero, por ahora, las propuestas de equidad y accesibilidad no aparecen reflejadas en el borrador del «Tratado pandémico» que se debate en la OMS, ni la industria farmacéutica se ha mostrado dispuesta a ceder privilegios y, por el contrario, ante el avance de regulación de mercado que proyecta la UE, pronostica escenarios catastróficos.
«La principal manifestación de la desigualdad durante la pandemia fue la distribución desigual de las vacunas», afirmó Carlos Correa, director ejecutivo de la organización intergubernamental South Centre, uno de los expositores convocados por la ONU para elaborar el borrador de la «Declaración Política de la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Prevención, Preparación y Respuesta ante Pandemias» (PPPR), que deberá aprobarse durante la Asamblea General de septiembre venidero.
Correa insistió que «esta falta de equidad también se vio en la rigidez del sistema de propiedad intelectual, en la negativa de las empresas a compartir sus tecnologías», mientras que «el mecanismo COVAX (creado durante la pandemia para comprar y repartir las vacunas a escala mundial) no logró una distribución equitativa de las vacunas, no solo por razones financieras, sino porque la gobernanza del sistema no era de naturaleza multilateral».
Los expositores enfatizaron sobre la conexión entre las amenazas pandémicas (como covid-19) y las amenazas endémicas (como la tuberculosis), las cuales requieren que los países logren la cobertura sanitaria universal.
Cita en Nueva York
Las audiencias se realizaron en la sede de la ONU en Nueva York, inmediatamente después de que el director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunciara el 5 de mayo el fin a la pandemia de covid-19 como una emergencia de salud pública de interés internacional.
Anamaría Béjar, vocera de la Alianza Mundial para las Vacunas, GAVI, argumentó que la prevención de pandemias se basa en ampliar el acceso y la prestación de servicios de una manera que proteja a las personas de gastos de salud catastróficos.
En tanto, Amnistía Internacional señaló que el 28% de las muertes por covid-19 se produjeron en América Latina y el Caribe, pero la región solo alberga al 8,4% de la población mundial. «Nuestras sociedades sufren una desigualdad rampante que excluye a poblaciones enteras de los sistemas de salud, especialmente a las mujeres y los pueblos indígenas», subrayó la organización.
La canadiense Joanne Liu, en representación del Panel Independiente de Preparación y Respuesta a la Pandemia, señaló que «es seguro que surgirán nuevas amenazas pandémicas, pero en septiembre (próximo) la Asamblea General de la ONU tiene la oportunidad histórica de elegir hacer del covid-19 la última pandemia de tal devastación».
Los expositores lamentaron la falta de rendición de cuentas entre países que condujo a desigualdades en la respuesta al covid-19, incluido el acaparamiento de vacunas por parte de países de altos ingresos y la falta de mecanismos para ampliar las capacidades de fabricación de vacunas en países de bajos y medianos ingresos a través de acuerdos de transferencia de tecnología.
Nina Schwalbe, del Instituto Internacional de Salud Global de la Universidad de las Naciones Unidas, advirtió que «como ha sido evidenciado por otros sectores, incluidos los derechos humanos, las armas químicas, el clima y la energía atómica, firmar un tratado no es suficiente».
Schwalbe y otros panelistas coincidieron en que el futuro «Tratado pandémico» «requiere de un monitoreo independiente de un consejo político de alto nivel compuesto por jefes de Estado y sus representantes, que pueda impulsar la rendición de cuentas multisectorial y transnacional y monitorear el cumplimiento de los Estados miembros con el Acuerdo de Pandemia».
Por su parte, la organización Medicines Patent Pool (MPP) expuso que era posible incluir condiciones de acceso equitativo en los acuerdos de financiación para ayudar a «abordar las cuestiones de acceso asequible mucho antes de que el producto llegue al mercado».
«El financiamiento público, multilateral y caritativo de la investigación y el desarrollo puede estar condicionado a que las entidades financiadas tomen medidas suficientes mediante licencias voluntarias o de otro tipo, para garantizar que todas las tecnologías médicas estén disponibles y sean asequibles para todos», pidió MPP, organización de salud pública auspiciada por la ONU que ha conseguido destrabar algunas patentes de medicamentos esenciales para los países de bajos ingresos.
La Alianza Popular de Vacunas, por su parte, propuso que cualquier declaración política «permita la producción local para garantizar un suministro sostenido de contramedidas». «Eso significa un compromiso para compartir tecnología, eliminar las barreras de propiedad intelectual, invertir en investigación y desarrollo en el sur e invertir en la fabricación real», afirmó la vocera de la Alianza, Mohga Kamal-Yanni.
Precisamente, la equidad y los derechos de propiedad intelectual (PI) son los conflictos más delicados que enfrentan los países que negocian los términos del nuevo «Tratado pandémico» que debería aprobarse el año próximo en la OMS.
Las dificultades fueron admitidas por la sudafricana Precious Matsoso, copresidenta del Órgano de Negociación Intergubernamental (INB), que elabora un acuerdo sobre la pandemia, y el neozelandés Ashley Bloomfield, copresidente del grupo de trabajo sobre enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI). Matsoso admitió que la PI se está planteando en los debates sobre cómo «estimular la innovación» y «facilitar el acceso» a productos relacionados con la pandemia, incluidas vacunas y medicamentos.
La funcionaria de la OMS explicó que queda un año para rubricar las negociaciones sobre el futuro «Tratado pandémico» y los cambios en el RSI, las únicas normas vinculantes a nivel mundial para afrontar eventuales epidemias y pandemias. Tanto el borrador del Tratado como las enmiendas propuestas se presentarán a la Asamblea Mundial de la Salud de 2024.
Un mapa desigual
El acceso a los medicamentos y tratamientos en futuras pandemias no es solo un conflicto en la OMS y con la mirada puesta en un mapa del subdesarrollo, pues los países europeos acaban de ingresar a un debate semejante por un proyecto de ley que regula el mercado y favorece el acceso a los medicamentos, que demandó dos años de elaboración y que, apenas publicado, ha sido rechazado por la industria farmacéutica.
La Comisión Europea publicó recientemente el proyecto de ley que, entre otras regulaciones, autoriza a extender licencias obligatorias durante emergencias de salud pública para la fabricación de vacunas y medicamentos en territorio comunitario.
Para la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA) el proyecto «socavará la investigación y el desarrollo en Europa y no abordará el acceso a los medicamentos para los pacientes». En cambio, Médicos Sin Fronteras (MSF) apoyó en general la reforma, aunque expresó su disidencia en algún aspecto puntual.
La reforma, que ahora iniciará un periplo de debates parlamentarios y entre los países comunitarios, propone reducir la exclusividad en el mercado para los nuevos medicamentos de 10 a 8 años, luego de lo cual se abrirá el mercado a los genéricos.
La reforma será debatida ahora en el Parlamento Europeo y en el Consejo de la UE (que representa a los países) y la intención es que se apruebe antes de las elecciones europeas, previstas para el segundo trimestre de 2024, aunque la versión corregida y final de la ley podría extenderse por años.
Sinceridad americana
Los problemas que presentó la respuesta al covid también repercute en Estados Unidos donde la organización independiente Public Citizen afirmó en tono crítico que «la salud estadounidense en una pandemia depende de la salud mundial». «El hecho de no compartir y ampliar la tecnología y la producción de vacunas de ARNm y acelerar la vacunación mundial costó posiblemente millones de vidas en todo el mundo. También hizo más probable que surgieran nuevas variantes y que la covid se convirtiera en una enfermedad endémica, lo que de hecho ha ocurrido», lamentó Public Citizen.
En el futuro, «Estados Unidos debe financiar y comprometerse a compartir la tecnología con el Programa de Transferencia de Tecnología de ARNm de la Organización Mundial de la Salud», propuso la organización.
También advirtió que el laboratorio Moderna se propone cuadruplicar el precio de su vacuna covid y por eso «en el futuro, el Gobierno debe imponer términos contractuales para que las vacunas y los medicamentos inventados con fondos gubernamentales tengan un precio razonable».