18 de septiembre de 2023
Casa Rosada. La elección presidencial de octubre y el eventual balotaje en noviembre configuran un momento crucial de definición del rumbo del país.
Foto: Jorge Aloy
La campaña electoral va creciendo en su intensidad en la medida que se acerca la fecha de la trascendental votación y la ciudadanía va asumiendo la importancia del sufragio en una elección presidencial. Al mismo tiempo se van generando claros antagonismos entre los proyectos de derecha y ultraderecha, encarnados por la candidata de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, y La Libertad Avanza (LLA), liderado por Javier Milei, frente al proyecto distribucionista e inclusivo representado por la fórmula de Unión por la Patria (UxP), con Sergio Massa y Agustín Rossi.
Ciertamente se enfrentan proyectos políticos y económicos que, además, tiene implicancias de carácter ideológicas y culturales, inclusive de principios morales.
Tanto los cambiemitas como los libertarios hace mucho tiempo que vienen batiendo el parche acerca de que se deben bajar impuestos en un sentido genérico e integral, como si fuera una nueva concepción dogmática en la materia. Sin embargo, ahora se oponen tajantemente. Como ya es público, el ministro impulsó un conjunto importante de medidas en pos de la recuperación de los ingresos y el salario: eliminación del IVA para los consumos de la canasta básica para aquellos y aquellas que tengan salarios de hasta 708.000 pesos, monotributistas, jubilados y pensionados que perciban hasta seis haberes mínimos, y titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH), Tarjeta Alimentar o Potenciar Trabajo; eliminación del Impuesto a las Ganancias para salarios de hasta 1.770.000 pesos; un nuevo bono para jubilados y jubiladas; congelamiento de tarifas de energía eléctrica, gas y agua y diversos beneficios para pequeñas y medianas empresas (pymes). Para los sectores más humildes, también se dispuso aumentos en los importes de la AUH y el plan Potenciar Trabajo.
Sin embargo, se ha generado una gran controversia con los economistas orgánicos de ambas fuerzas opositoras y sus parlamentarios, quienes esgrimen el argumento de que se va a generar un agujero fiscal.
Soslayan que estos recursos en inversión social para núcleos humildes y clases medias serán cubiertos con impuestos vigentes, particularmente el denominado Impuesto PAIS. Además, es lógico inferir que los 20 millones de ciudadanos y ciudadanas beneficiadas por estas medidas volcarán la totalidad de estos nuevos ingresos al consumo, lo cual generará un crecimiento en la recaudación. También resulta evidente que el uso de la tarjeta de débito, indispensable para acceder a los beneficios, favorece el blanqueo de la economía, reduciendo la actividad no registrada.
Lo cierto es que los representantes de las dos vertientes de derecha se oponen porque su modelo es de bajos salarios e ingresos para las grandes mayorías y porque representan a los núcleos económicos más pudientes que siempre rechazan ideológicamente estas ideas distribucionistas.
Es imprescindible agregar también que otra fuente de financiamiento sería el gravamen que deberían pagar las corporaciones multinacionales que operan en el país, pero que tributan sus impuestos en otros ámbitos de baja tributación. Ese gravamen, estimulado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), tendría un piso del 15% de las utilidades, aunque el propio presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, afirmó que es hora de que los multimillonarios paguen un impuesto mínimo del 25%.
Valores de convivencia
En el marco de las cuestiones ideológicas relacionadas con el proceso electoral resulta valioso destacar que según la consulta realizada ante los próximos debates presidenciales, la mayoría de la ciudadanía reclama y propone que se incorpore el tema derechos humanos y convivencia democrática, que ha adquirido nueva relevancia a partir del pronunciamiento de la candidata a vicepresidenta de LLA, Victoria Villarruel, quien reivindica en plenitud a la dictadura videlista, a la vez que ejerce un negacionismo sobre los 30.000 desaparecidos y reclama «justicia igualitaria» para los represores encarcelados por delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad. Con el mismo sentido ideológico, la candidata de JxC, Patricia Bullrich, de consuno con las ideas de Mauricio Macri, descalifica al kirchnerismo al que según ella «habría que exterminar». Reiteramos entonces lo valioso de la reserva democrática de la opinión pública que se afirma en valores de convivencia y de respeto a otras ideas, con la consecuente aceptación de diferencias identitarias políticas, culturales, religiosas y de cualquier otra índole.
