15 de agosto de 2023
Primarias. Se volvió a registrar un número alto de abstención. El reto de revertir ese dato en las generales de octubre.
Foto: Juan José Garcia
Tras las PASO se generan las ponderaciones propias de estos eventos y las lecturas que cada una de las corrientes de opinión y políticas intentan instalar acerca del resultado.
Lo cierto es que la comunidad política y la sociedad toda se vio impactada por el inesperado triunfo del ultraderechista Javier Milei. Si bien en estas situaciones las causas son múltiples, el rasgo principal es una respuesta de descontento y de desilusión frente a la política en general y a los temas de la vida cotidiana, que tienen que ver con la economía, fundamentalmente el aumento de los precios, es decir, la inflación.
En materia económica puede haber medidas que son apoyadas o criticadas, pero en alimentos, vestimenta, artículos de primera necesidad, el impacto es cotidiano, y eso influye en el humor de la gran mayoría de la sociedad, en primer lugar en los sectores humildes, en los sectores medios y medios bajos.
También hay otro factor: el estrictamente ideológico, que muestra la existencia de una aceptación en una franja de la sociedad de posiciones de derecha y ultraderecha como las que esgrime Milei.
En la cuestión ideológica se reitera la maniobra de culpabilizar a los políticos, a la política y al partido de gobierno de los diversos problemas que sufre la sociedad, autoexculpándose el propio Milei, como si no fuera parte del sistema, y perteneciera a una suerte de «afuera» inexistente.
En el marco de un análisis poselectoral no podemos dejar de señalar lo ocurrido en los días previos a la elección, fundamentalmente en la Ciudad de Buenos Aires y el episodio de Lanús, con la dramática muerte de la niña Morena. En la Ciudad de Buenos Aires sucedió una acción represiva sobre un militante indefenso. En ese punto se unificó toda la derecha nuevamente, como en el caso de Jujuy. Respaldaron la represión no solo el propio jefe de Gobierno, Rodríguez Larreta, sino también su entonces rival en la interna, Patricia Bullrich, al igual que la candidata a vicepresidente de Milei, Victoria Villarruel. Todos justificaron la represión.
Más que nunca se trata de defender no solo el sufragio como un instrumento determinante del sistema democrático, y reiterar nuestra convocatoria a que la ciudadanía concurra masivamente a votar en las próximas elecciones. Hay que tener en cuenta que se sigue manifestando un ausentismo importante, de allí que es imprescindible que la democracia se nutra de mucha más participación y movilización, muy particularmente en los procesos electorales, donde la militancia política y el contacto humano con la ciudadanía puede y debe jugar un papel destacado.
Medidas económicas
Posteriormente al acto eleccionario se anunciaron medidas económicas muy impactantes, fundamentalmente una devaluación del 21,8%, justamente el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigía que sea del 30%. Complementariamente se resolvió el aumento de la tasa pasiva de interés a los efectos de prevenir la compra de dólares por parte de los inversores.
El FMI, como siempre, actuó políticamente, ya que postergó hasta la conclusión de las PASO la llegada de fondos comprometida un mes atrás como consecuencia de un evento extraordinario como fue la sequía, presionando para que haya una devaluación de la moneda. Esta depreciación en realidad viene a suplantar el llamado crawling peg, es decir, las minidevaluaciones diarias. Sobre esa base, el FMI anunció que enviará, luego de la reunión del 23 de agosto, los 10.000 millones de dólares que se venían negociando.
Como en toda devaluación, el problema más crítico es el aumento de los precios, ya que los formadores de precios aumentan siempre «preventivamente», con o sin devaluación. Ante ese cuadro, el Gobierno tiene previsto implementar medidas compensatorias. En primer lugar, se propone continuar con el programa de Precios Justos, aunque informan que las grandes empresas ayer mismo enviaron nuevas listas. Otra acción, como parte de las medidas compensatorias, sería un congelamiento de precios de una parte de los productos de primera necesidad.
En el tema crucial de los ingresos, se espera un aumento de suma fija para los salarios más bajos.
En definitiva, el escenario político y económico se presenta desafiante. Desde el punto de vista de los sectores democráticos, todo indica que más que nunca debemos sostener una actitud política comprometida con una alternativa auténticamente democrática y popular y no aceptar la consigna oportunista «que se vayan todos», que ahora intenta reivindicar Milei recogiendo lo ocurrido en 2001. Necesitamos que todas y todos se comprometan en esta próxima elección, tan determinante para la vida de los ciudadanos y las ciudadanas y para el futuro de la nación.
En el tiempo que queda hasta octubre, imprescindible trabajar todo lo posible en la concientización de los modelos de país que quedaron; hay tres candidatos pero, dos modelos.