Premio al esfuerzo

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Junto con la Asociación Civil Avanzar, el Banco brindó capacitaciones a pequeños emprendedores de la ciudad de Buenos Aires. Emotiva entrega de certificados.

 

Distinción. Los emprendedores del barrio con sus certificados de asistencia: formación en oficios y apuesta en desarrollo. (Horacio Paone)

Para mí este es un logro muy grande, estoy muy emocionada y le agradezco a este grupo hermoso, que, sin fines de lucro, hace que las personas se capaciten y puedan lograr pequeños objetivos», manifestó Marta Álvarez al recibir el Premio Mujer Emprendedora que le otorgó la Asociación Civil Avanzar por el Desarrollo Humano del barrio porteño de Villa Soldati. Así cerró el ciclo de capacitaciones que la institución llevó adelante junto con la filial de Credicoop, ubicada en esa zona de la ciudad, y el apoyo técnico de la Fundación del banco cooperativo. Como Marta, que se dedica a fabricar accesorios para el cabello, otras 65 personas recibieron certificados por haber asistido a los cursos de informática, peluquería y gestión de emprendimientos. «Se seleccionaron 5 proyectos que fueron premiados con fondos no reembolsables y otros 4 recibieron menciones especiales, con la posibilidad de obtener créditos a tasa diferencial», explicó Maia López, coordinadora de Avanzar.
Desde hace casi 15 años, Avanzar otorga microcréditos para habitantes de villas de emergencia y barrios carenciados de la zona. Esta iniciativa, que nació en el Centro de Estudios de la Estructura Económica (CENES) de la Universidad de Buenos Aires, incorporó actividades de capacitación y tutorías para pequeños emprendimientos a fin de desarrollar el capital humano. «Nuestro objetivo no es el asistencialismo sino brindar herramientas que ayuden a mejorar la calidad de vida de las familias», dijo la presidenta y fundadora de la institución, Marta Bekerman, y añadió: «Por eso valoramos la colaboración y los aportes de Credicoop. Podemos decir que es nuestro socio, porque nos une una relación de confianza mutua, más allá de la relación de mercado». El vínculo con la banca cooperativa se remonta a los orígenes de la asociación. «Fue el Banco el que nos permitió instrumentar y dar trasparencia al pago de los microcréditos y al cobro de las cuotas. Esto demuestra que una entidad financiera puede trabajar junto a una sociedad civil por el bien de la comunidad», señaló Bekerman.

 

Inserción y recursos
«El proyecto actual consiste en capacitar a las personas para que desarrollen emprendimientos que favorezcan su inserción laboral, además de brindarles recursos económicos», detalló Santiago Nogueira, miembro de la Fundación Banco Credicoop. Y resaltó que desde la fundación se gestionan recursos para implementar los cursos (gratuitos y abiertos a toda la comunidad), a través de los créditos que ofrece el proyecto de crédito fiscal del Ministerio de Trabajo de la Nación para el fortalecimiento de microemprendimientos. Por su parte, Claudio Majorovich, jefe del Departamento de Atención a Universidades, de Credicoop, destacó la labor que lleva adelante Avanzar en los barrios sin acceso al crédito. «Esto está en consonancia con el proyecto de ley de Servicios Financieros que impulsamos desde el movimiento cooperativo, donde planteamos la obligación de establecer políticas de microcréditos, porque este sector está desprotegido en este aspecto y hay quienes se aprovechan de esta situación».
Villa Soldati es una de las áreas más pobladas de la Ciudad de Buenos Aires, con numerosos asentamientos de emergencia. A lo largo de su historia, Avanzar ha brindado apoyo financiero a más de 2.500 familias de la zona. En los últimos años incorporó actividades de capacitación y asistencia técnica a fin de mejorar la gestión empresarial de los microemprendedores de la zona. «El Banco trata permanentemente de generar vínculos con la comunidad y Avanzar, institución a la que nos une la solidaridad, la ayuda mutua y el bien común. Se podría decir que esta asociación es una manera más que tiene nuestro movimiento de crédito cooperativo de contribuir al desarrollo económico y social», comentó Gustavo Gerardi, gerente de la filial local de Credicoop.
Como parte de la actividad de entrega de certificados y premios, los emprendedores montaron una feria para exponer sus productos y servicios. Allí, Demián Maltese contó cómo llegó a la asociación: «Cuando estaba por empezar con mi pareja con el proyecto de estampado, un día fui a tomar el colectivo y la parada estaba justo frente al local de Avanzar, entonces me acerqué a preguntar y me dieron todos los detalles sobre los créditos y también me informaron sobre los cursos. Fue muy bueno porque además de conseguir la plata para arrancar, aprendimos a organizarnos». También Gonzalo Delgadillo Torres, fabricante de calzado, se entusiasma al rememorar los comienzos de su negocio. «Hace 9 años que me vinculé con la organización. En esa época hacía llaveros con forma de zapatitos. Con el primer crédito (de 500 pesos) pude comprarme algunos materiales para armar mi taller y comenzar a confeccionar zapatos en tamaño real. Antes no sabía organizar el dinero que entraba y que salía, pero hice varios cursos y aprendí a calcular lo que compro, lo que vendo, lo que gasto y cuánto gano», comentó. «En estas experiencias se generan instancias asociativas, por ejemplo los emprendedores comparten puestos en las ferias o remises para ir a comprar mercadería, creemos que estos pequeños encuentros pueden convertirse en el futuro en iniciativas cooperativas. Cuando esto suceda –concluyó Majorovich– desde el Banco los vamos a seguir apoyando para que esas ideas se concreten».

Silvia Porritelli

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