27 de mayo de 2016
«Tenemos que aprender de Hiroshima», dijo el presidente norteamericano durante el acto que compartió con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en la ciudad donde hace 71 años Estados Unidos lanzó el bombardeo nuclear que puso fin a la Segunda Guerra Mundial. Ante algunos sobrevivientes, Barack Obama, el primer jefe de la Casa Blanca en visitar ese lugar, llamó a «crear un mundo sin armas atómicas» pero evitó hablar de la responsabilidad de su país en ese hecho. «Puede que no alcancemos este objetivo mientras yo viva. Pero con esfuerzos constantes podremos evitar la posibilidad de una catástrofe», dijo tras colocar una corona de flores blancas en el Monumento de la Paz, levantado en el lugar exacto donde cayó la «Litle boy», lanzada desde el tristemente célebre Enola Gay. Más tarde, otra similar, pero bautizada como «Fat man» fue arrojada sobre la ciudad de Nagasaki.