30 de noviembre de 2015
Lanzado en el año 2002, en plena crisis del sistema financiero,
el programa apuntó a estrechar lazos con organizaciones sociales.
En abril de 2002, más de 4.000 personas, entre cooperativistas y representantes de organizaciones sociales, políticas y productivas, se reunieron en el predio de Parque Norte (Ciudad de Buenos Aires) para asistir a la asamblea informativa que marcó el inicio de una de las apuestas más representativas de la naturaleza solidaria y colectiva del Banco Credicoop: el programa Credicoop y la Comunidad. Lanzada en momentos en que el sector financiero era uno de los blancos de la protesta popular tras la grave crisis de 2001, la iniciativa proponía la construcción de un sistema al servicio del desarrollo económico y social del país.
La intención era clara y sin dobleces: ante un contexto político y social de alta complejidad, se trataba de poner en marcha distintas acciones para el fortalecimiento de la organización cooperativa –en su doble dimensión de entidad financiera y movimiento social– a través de un proyecto estratégico de articulación solidaria y mutua entre el banco y las entidades sociales. Credicoop y la Comunidad buscaba establecer así acuerdos centrados en una visión del mundo basada en la igualdad y la participación, pilares de los principios históricos del movimiento cooperativo.
El puntapié inicial se dio el 27 de abril. No obstante, antes de esa multitudinaria reunión en Parque Norte, el 8 de febrero de 2002, cerca de un millar de dirigentes y funcionarios de todas las regiones del banco se habían reunido en Buenos Aires en lo que fue la etapa previa al lanzamiento del programa. Allí, Carlos Heller, entonces gerente general de Credicoop, planteó la intención central de la iniciativa que encararía la entidad solidaria. «Es hora de que salgamos a decirle a la comunidad que nosotros no nos identificamos con ese sistema financiero concentrado y trasnacional, que somos diferentes, que dijimos hace mucho que somos la otra forma de ser banco y esto se expresa en nuestras posiciones inalterables, en nuestras críticas permanentes al modelo, en nuestra participación y acción decidida junto con otras organizaciones del campo popular para generar capacidad de reacción que permita construir políticas alternativas», sostuvo Heller en el encuentro.
De esa convocatoria inicial también participaron, entre otros, Floreal Gorini, presidente del IMFC, y Raúl Guelman, en ese entonces presidente de Credicoop. «Con las mismas convicciones sostenidas desde siempre, con la seguridad de que estamos en la causa honesta, cuando la mentira es el método, cuando todo está en crisis, nosotros tenemos herramientas y fundamentos para superar la situación a través de una acción mancomunada con otros sectores sociales», dijo Gorini en esa ocasión sobre el programa. Por su parte, Guelman sostuvo: «Sabemos que en la sociedad hay hambre por cambiar las reglas de juego y aquí estamos nosotros, con un arsenal de ética y transparencia, con una organización apta para vertebrar, junto con los más variados sectores de la comunidad, opciones reales frente al modelo neoliberal. No agitamos consignas solamente, hemos dado pruebas de solvencia en la gestión y en las ideas, para salir de esta tremenda crisis que estamos soportando».
Un gran desafío
No se trataba de una propuesta reparadora ante la crisis: Credicoop y la Comunidad era, más bien, una articulación ofensiva para avanzar en la constitución de un modelo financiero, bancario y económico distinto al que había generado el paradigma neoliberal. «Enfrentamos un desafío fantástico. Creemos que no tenemos razón para estar a la defensiva. Reivindicamos nuestra actuación a lo largo de todos estos años, desde nuestro origen como caja de crédito. Siempre hemos estado del lado de los intereses de la gente porque pertenecemos a la gente y porque somos la gente, que es la esencia de lo cooperativo (…). Tenemos que ir a la ofensiva», explicaba Heller en la asamblea de abril de 2002, que constituyó un hito en la historia del banco cooperativo. Y agregaba: «Los convocamos a continuar en el desarrollo de este modelo de gestión solidaria. Nosotros creemos que hay una oportunidad y que juntos podemos lograrlo».
En la asamblea de Parque Norte, Floreal Gorini profundizó sobre la iniciativa impulsada por el banco retomando el legado del movimiento cooperativo. «Hoy no estamos aquí solo para afirmar nuestra vigencia –dijo– sino también para ofrecer el ejemplo, el testimonio de que otra política es posible». Al respecto, Gorini recordó la propuesta que el IMFC y las entidades asociadas elaboraron «para enfrentar esta emergencia, superar la crisis y emerger como un país independiente, democrático, industrializado, con justicia distributiva, con explotación racional de sus recursos naturales y humanos, con un agro moderno liberado de la explotación de los monopolios que le proveen los insumos (…). Un proyecto que desarrolle el mercado interno y tenga el control del comercio exterior y de las divisas que el conjunto de la sociedad genera». La tarea era llevar esa plataforma al conjunto de la sociedad y, en particular, «a las entidades hermanas con las que compartimos el propósito de refundar nuestra nación», sostenía Gorini sobre Credicoop y la Comunidad.
Representantes de confederaciones, cámaras de comercio, asociaciones políticas y educativas, fueron, entre otras instituciones y entidades, parte de la asamblea que contó además con dirigentes cooperativos como Julio Queirolo, Jorge Lorenzo y quien ocupaba en ese periodo la presidencia del INAES, Elvira Castro. «Credicoop y la Comunidad significa junto con muchas otras cosas de Credicoop y a su actuación como banca cooperativa, la fidelidad a una doctrina, lo que no es poca cosa en esta Argentina de hoy donde estamos en pleno proceso de desintegración social», manifestó Castro durante el encuentro que instituyó un nuevo capítulo en la trayectoria como movimiento social de la banca cooperativa.
En la actualidad, aquel programa institucional iniciado en 2002 continúa desplegándose a través de las comisiones de asociados de Credicoop, con el fin de mantener los vínculos con las comunidades, instituciones y entidades de todas las regiones del país. De hecho, tal como manifestó Carlos Heller en la última Asamblea Anual Ordinaria del banco realizada en octubre de 2015, «el programa Credicoop y la Comunidad es un proyecto que está en vigencia y en pleno desarrollo».
—Maximiliano Senkiw
Noviembre de 1989
Por iniciativa de «Acción» y convocadas por la Comisión de Promoción de Participación de la Mujer de la Filial Buenos Aires del IMFC, 15 dirigentes pertenecientes a comisiones de asociados del Banco Credicoop se reunieron para debatir la inserción femenina en el movimiento cooperativo argentino.