Compromiso y coherencia

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A 20 años del ejercicio parlamentario de Floreal Gorini, surgen líneas de continuidad con los actuales legisladores nacionales Carlos Heller y Juan Carlos Junio, y el  porteño Edgardo Form.

 

Form, Heller y Junio. Recorrido legislativo cooperativista y de compromiso social.

Pasadas dos décadas desde la diputación de Floreal Gorini, transcurrida en pleno experimento neoliberal de los 90, y en medio de la expansión globalizadora y la financiarización de la economía mundial –que tuvo con el capítulo menemista en nuestro país, la mayor aplicación del modelo privatizador y liquidador del Estado–, resulta fundamental reivindicar aquel monumental desafío histórico de este gran cooperativista. Y también es tiempo de conectar aquellas encendidas defensas del campo popular –porque indudablemente se trata de un hilo conductor en donde abreva la coherencia de nuestro movimiento cooperativo– con las actuaciones que desde sus bancas realizan, en estos últimos años, los diputados cooperativistas Carlos Heller y Juan Carlos Junio, y el legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Edgardo Form.
En escenarios de distinto carácter histórico, las diputaciones de Gorini, Heller y Junio, y el aporte de Form, han mostrado un claro sesgo humanista, cooperativista y de alto compromiso social. En el recorrido legislativo de cada uno de ellos, se dio prioridad a la defensa e impulso de la economía social, particularmente en esta última década, en la cual avanzó la consolidación de ese trascendente sector.
Otra mirada para este análisis lo constituye el campo de los derechos humanos, donde la bancada de Floreal Gorini fue protagonista central en el proyecto de ley de anulación del Punto Final y Obediencia Debida, tema que años después se tornó en un eje central de la política kirchnerista. Así lo muestra la sostenida profundización de los juicios de lesa humanidad y la significativa importancia del actual proyecto presentado por Junio, que tratará de convertir en sitio de la memoria a un amplio sector de Campo de Mayo, el mayor centro de tortura y desaparición de la dictadura.

Integración y cultura
Por su parte, aquella gesta parlamentaria de Gorini en procura de solidaridad internacional, fundamentalmente con los pueblos latinoamericanos y con Cuba –en particular en su resistencia al bloqueo–, se vio prolongada en la comprometida actuación de Carlos Heller en el marco de la Comisión de Amistad con el gobierno y pueblo cubano, la revolución bolivariana en Venezuela y, centralmente, la integración latinoamericana, el fortalecimiento y la ampliación del MERCOSUR y la UNASUR.
Merece destacarse, a su vez, la ingente labor de ambas experiencias legislativas en aras de la cultura y la educación. Pensemos en la lucha de Floreal y varios diputados por la derogación de la oprobiosa Ley Federal de Educación y la reforma educativa, que fuera un instrumento para la desigualdad  y la exclusión. Coherentemente, en esta rica etapa política, Heller, Junio en el Congreso y Form en la Legislatura dieron continuidad a esa línea, promoviendo el debate por la inclusión educativa y la recuperación de la cultura popular.

Gorini. En su banca en el Congreso de la Nación. (Archivo Acción)

Existe entonces un gran hilo de coherencia en lo ideológico y político de estas actuaciones, pues en cuestiones referidas a la Carta Orgánica del Banco Central, ya Gorini había propuesto, en pleno auge neoliberal, un proyecto de reforma, junto con otras iniciativas que propugnaban la defensa de las pymes, en contra de la concentración monopólica, especialmente del hipermercadismo creciente, y otras contrarias a los acuerdos y compromisos con el Fondo Monetario Internacional. Esta cuestión volvió a ser punto de discusión y debate gracias a la lucha llevada adelante por nuestros diputados cooperativistas, quienes encabezaron proyectos fundamentales para la recuperación de la soberanía económica del país, como el proyecto de Ley de Servicios Financieros para el Desarrollo Económico y Social –presentado por Heller– o la creación del Consejo de Políticas Monetarias y Financieras que, en definitiva, contribuyó a la definitiva reforma de la Carta Orgánica, que hoy ha posibilitado la creciente ampliación de la financiación a pymes y a las economías regionales.
En un contexto adverso, Floreal Gorini había batallado consecuentemente antes y durante su mandato contra la vieja Ley de Radiodifusión impuesta por la dictadura. El movimiento cooperativo bajo su liderazgo participó de la Coalición por una Comunicación Democrática desde su creación, germen que sentó las bases para lo que luego se lograría por mayoría absoluta: la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La convocatoria de Floreal a conformar un amplio equipo de análisis y tratamiento de proyectos se concretó con la creación de la Casa de la Solidaridad que albergó a centenares de militantes y dirigentes, y de donde surgieron, entre otros, el proyecto de una nueva Ley de Radiodifusión. En esta etapa, es necesario reconocer que también el Centro Cultural de la Cooperación se ha constituido en un espacio generador de pensamiento crítico e ideas que abonan la participación parlamentaria.
Los fundamentos y la coherencia de las diputaciones cooperativistas de Floreal en los 90, y de los tiempos actuales encarnadas por Carlos Heller, Juan Carlos Junio y Edgardo Form, ya se vislumbraban en el discurso que pronunció Gorini en 1995, con motivo de la celebración de su incorporación a la Cámara de Diputados: «Porque reivindico la utopía, porque nadie puede negar que ante el imperio de la injusticia y la corrupción, nuestros ideales, nuestros sueños, están hoy más vigentes que nunca, por ser más necesarios que nunca. Es mi propósito instalarme en el Congreso Nacional como un destacamento de esta legión de luchadores, de utópicos y soñadores que hoy aquí nos hemos reunido para afirmar, con motivo de la diputación, nuestro propósito de una Argentina humana, justa y solidaria».

Horacio Aizicovich

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