11 de febrero de 2015
Martín Cisneros, sobreviviente del incendio de la discoteca en diciembre de 2004, se suicidó tras luchar durante años contra ataques de pánico y depresión. Con él, suman 17 las personas que terminaron con su vida luego de sobrevivir a la masacre.
La Coordinadora Memoria y Justicia por Cromañón apuntó al gobierno porteño por su demora en reglamentar una ley de asistencia a la salud mental, sancionada en noviembre de 2013, que permitiría un acompañamiento integral a sobrevivientes y familiares de víctimas. Cisneros vivía en el conurbano bonaerense y no contaba con asistencia psicológica apropiada. Al respecto, Luciano Frangi, integrante de la Coordinadora, precisó que «hay muchos otros sobrevivientes con los mismos problemas de Martín y que, al igual que él, no viven en la Ciudad de Buenos Aires, por lo que cada vez que requieren la asistencia psicológica que nos garantiza la ley 4.786, tienen que viajar horas hasta algún hospital porteño».