25 de febrero de 2015
Las negociaciones y los alineamientos de los sectores del kirchnerismo y de la oposición se aceleran ante la cercanía de los comicios en varias provincias y en la Ciudad de Buenos Aires.
La proximidad de las elecciones locales en varias provincias y las implicancias de la multitudinaria marcha del 18F, que están siendo minuciosamente analizadas por todos los actores políticos, han acelerado notoriamente las negociaciones destinadas a completar el armado de las principales fuerzas que aspiran a capitalizarla, las que competirán primero en las PASO, donde terminarán de decantarse los principales contendientes, y luego en los comicios generales de octubre de 2015.
En la provincia de Mendoza se produjo la novedad más importante. Allí, el histórico –aunque alicaído– Partido Demócrata y el Frente Renovador decidieron sumarse a la alianza Cambia Mendoza, impulsada por la UCR y el PRO e integrada, además, por el Partido Socialista, Libres del Sur y la Concentración Cívica de Elisa Carrió, que postula para gobernador y vice a los radicales Alfredo Cornejo y Laura Montero. La particularidad de esta confluencia reside en que implica la consumación de un objetivo que parece haberse frustrado en el orden nacional: el de reunir al grueso de la oposición en la misma trinchera. El que mejor aprovecha las debilidades de los adversarios que compiten por el mismo espacio es Mauricio Macri, quien acaba de sumar a su campaña presidencial a Carlos Alberto Reutemann, que durante años se mantuvo impasible ante la seducción que intentaban ejercer distintas vertientes del justicialismo santafesino. Para tomar su decisión, el ex gobernador debió aguardar el cierre de listas del PJ, en cuya confección careció de incidencia, y sortear hábilmente las presiones del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, que pretendía incorporarlo a sus filas. Hay quienes suponen que Macri podría proponerle ser su vicepresidente, pero tal posibilidad resultaría irritante a quienes componen el círculo más íntimo del jefe de Gobierno porteño, aspirantes a esa distinción.
Como contrapartida, Massa, que se había fijado la meta de conseguir el apoyo de 80 intendentes y 6 gobernadores y debió conformarse con una veintena de alcaldes y no más de 3 mandatarios de pequeñas provincias, intenta mantener a flote su candidatura, pero se enfrenta con serias dificultades. A las defecciones de concejales y punteros en distritos donde se impuso en las últimas elecciones, se suma el anunciado aunque todavía no concretado pase al massismo del intendente de San Isidro y aspirante a la gobernación, Gustavo Posse. En la búsqueda de indispensables apoyaturas, el tigrense no vaciló en iniciar negociaciones con Fernando Pino Solanas, presuntamente para invitarlo a postularse como jefe de Gobierno porteño por el Frente Renovador.
Finalmente, también en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la candidatura del dirigente cooperativista y diputado nacional por el Partido Solidario, Carlos Heller, ha concitado un amplio interés en las franjas sociales y políticas que levantan la bandera de defender lo realizado a nivel nacional y profundizar el modelo.