Política

Rumbos y disputas

Tiempo de lectura: ...

Carlos Heller, Jorge Taiana y Daniel Filmus reflexionaron sobre el escenario político actual y el camino recorrido por la Argentina en los últimos años. Un enfrentamiento entre proyectos antagónicos.

 

Sala solidaridad. Anguita, Heller, Taiana y Filmus presentaron un trabajo que reúne debates surgidos en la Asamblea Popular de Pensamiento Emancipatorio, en mayo de 2014. (Horacio Paone)

Debatir los alcances del proyecto político encabezado por la presidenta Cristina Fernández, sus transformaciones y limitaciones, así como las perspectivas electorales y los retos en el escenario nacional e internacional, fueron los ejes abordados en el acto que reunió al diputado Carlos Heller, al precandidato presidencial y legislador porteño Jorge Taiana y al secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas de la Cancillería, Daniel Filmus.
El encuentro, realizado en una colmada Sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, fue coordinado por el periodista Eduardo Anguita y tuvo entre sus própositos presentar el libro Debatir para construir. Hacia el segundo tomo del proyecto nacional, un trabajo que reúne reflexiones de intelectuales y militantes políticos elaboradas durante la Asamblea Popular del Pensamiento Emancipatorio realizada en mayo de 2014, en Río Cuarto, y que contó en esa oportunidad con la presencia de los tres expositores. Asistieron al acto, entre otros dirigentes políticos y cooperativistas, el director del CCC y diputado nacional Juan Carlos Junio, la legisladora María Rachid, el secretario de Agricultura Familiar, Emilio Pérsico, y el secretario general del Partido Comunista, Patricio Etchegaray.
Carlos Heller, primer orador del acto, remarcó que desde 2003 la Argentina comenzó a transitar un rumbo social y político hermanado al que recorren otros países de la región. Para Heller, estos procesos latinoamericanos tienen, a su vez, correspondencia con un esquema mundial que comenzó a cuestionar el unipolarismo de los Estados Unidos reinante desde fines del siglo pasado y comienzos del nuevo, lo que implica una crisis al interior del sistema capitalista. Así, abrió el juego para explicar desde el análisis económico la necesidad de profundizar ese camino abierto en 2003. En el plano internacional, el fenómeno principal de esta época es, de acuerdo con lo expuesto por el dirigente cooperativista, la ampliación de la brecha entre ricos y pobres. «En 2014, el 1% más rico del mundo poseía el 48% de la riqueza mundial. El mundo no tiene un problema de pobreza, sino un problema de acumulación de la abundancia», precisó. Los nuevos movimientos políticos emergentes en los países europeos sometidos a los diversos organismos de crédito son, para Heller, señales del agotamiento de una forma injusta de acumulación y distribución de riqueza. Grecia, otro país europeo ahogado por las deudas, acaba de elegir como gobierno a la coalición de izquierda Syriza. Los helenos  moldearon su plataforma económica centrándose en la resolución de las deudas con los países centrales de la Unión Europea. Heller recordó cómo el Gobierno de Néstor Kirchner navegó un contexto similar: «Este proyecto se sacó de encima al Fondo Monetario Internacional e inició una negociación a partir de este concepto: los muertos no pagan. Podemos pagar sin someter a nuestro pueblo a condiciones infrahumanas de vida». Sobre los logros alcanzados desde 2003, Heller vislumbra la necesidad de inaugurar pronto el «segundo tomo» al que se refiere el título del libro presentado, de manera de poder avanzar en las reformas pendientes. En ese sentido, remarcó que es necesario enfrentar el problema de la inflación, relacionado con la puja distributiva. «3 o 4 empresas tienen el 70% u 80% de la producción. Sin trabajar para favorecer a la pequeña y mediana empresa, esto es muy difícil de resolver». Otra de las grandes asignaturas pendientes, para Heller, es una reforma tributaria de carácter progresivo. «Esta reforma debería gravar con mayor presión las elevadas ganancias, la riqueza, las herencias. Asimismo tendría que  reducir el IVA aplicado a los alimentos básicos y a los medicamentos. Conjuntamente debería ser revisto el impuesto a las ganancias de las personas físicas subiendo los mínimos no imponibles a niveles razonables», propuso. El trabajo no registrado también preocupa al dirigente cooperativista, ya que un tercio de la población económicamente activa trabaja de modo informal,  en tanto reiteró que es imprescindible avanzar en la modificación de la Ley de Entidades Financieras (ver recuadro). «Crear las condiciones para que todas estas reformas se hagan realidad requiere de poder popular, sin él, todo lo que queremos hacer es muy difícil de lograr», concluyó.

 

Cuestiones de agenda
Daniel Filmus, a su turno, reflexionó sobre los procesos de transformación a lo largo de la historia argentina. A propósito, señaló que «es central, como se plantea en varios trabajos del libro, poder explicar concretamente cómo se logran esos objetivos, cuál es el programa de gobierno, cuáles son las políticas públicas que necesitamos para seguir transformando. Eso es lo que tenemos que ir a discutir en las próximas elecciones». En coincidencia con Heller, Filmus señaló que la clave es determinar «cuál es la herramienta política que nos permita tener la correlación de fuerzas necesaria como para poder llevar adelante estas transformaciones que implican no solo consolidar sino profundizar». En ese sentido, remarcó la importancia del año electoral como tercera instancia de decisión popular sobre el proyecto nacional: «Hemos dado dos debates electorales muy importantes y hemos planteado en las transformaciones profundas que encabezó Néstor y luego continuó Cristina ir contra el sentido común de los 90. No se trata de que algunos se salven beneficiados por la jubilación sino que tratamos que todos se beneficien, porque consideramos que estamos mejor si el conjunto está bien. Esto implica, por supuesto, cambios económicos pero también profundas modificaciones culturales. Nuestra sociedad no quiere volver a ciertos rumbos». Asimismo, destacó la importancia de otras instancias, además de las electorales, necesarias para la continua renovación: «No conozco ningún modelo transformador que no sea un modelo que se discuta día a día, que plantea adversidad, que plantea pluralidad de opiniones, que crece a partir de la síntesis de la dialéctica del pensamiento y de las perspectivas diferentes, pero que se unifica respecto de cuál es el camino central. Si nosotros cedemos el eje del debate electoral y cedemos la agenda electoral a los temas que nos plantean, como los ataques que hoy estamos recibiendo puntualmente desde todos los lados y fuertes como nunca nos hubiéramos imaginado que los íbamos a recibir, estaríamos perdiendo la iniciativa respecto de los temas centrales y aportando al proyecto antagónico».
El último orador, Jorge Taiana, analizó la situación política y futura en torno a la puja distributiva: «El problema es que la cuestión de la distribución de la riqueza sigue estando pendiente y es de una gran actualidad. Esto es así dado que, en realidad, en los últimos 10 o 15 años se ha concentrado la riqueza y ha crecido la desigualdad en todo el mundo. Globalmente ha crecido la desigualdad. Y eso pareciera que tiene que ver con políticas neoliberales que siguen siendo hegemónicas pero sobre todo por la centralidad que mantiene el capital financiero –y dentro de él el capital especulativo– que a pesar de la crisis de 2008 no ha retrocedido prácticamente nada. El G20 se ha mostrado o impotente o falto de voluntad para hacer esa transformación. Y lo cierto es que esa desigualdad sigue creciendo y en países que eran muy igualitarios y desarrollados –el caso más notorio es China, pero también están Suiza, Noruega, etcétera– en todos ha crecido la desigualdad. En el único lugar del mundo donde no creció la desigualdad sino que decreció fue en América Latina y, en particular, en América del Sur. Esta es una doble paradoja. Es decir, mejoramos el índice de Gini (indicador de desigualdad de ingresos) en la región que tiene el baldón de ser la más desigual del mundo». Para Taiana, este logro se vincula con motivos políticos y no meramente económicas: «¿Por qué logramos disminuir la desigualdad? Porque salimos del neoliberalismo y porque hubo voluntad política de redistribuir los ingresos. Fue la acción política estatal la que logró disminuir esa desigualdad a través de políticas públicas. Es decir, no es el resultado de la naturaleza ni de las buenas cosechas ni de los buenos precios internacionales: hubo una voluntad política que es la que modificó la realidad».

 

Estrategias
El ex canciller sostuvo que  2015 estará atravesado por dos debates: el primero se vincula con la estrategia de resignación, sostenida por sectores políticos que intentan popularizar la percepción de que se ha tocado un techo en las reformas sociales, económicas y políticas. «Esta postura busca instalarse como sentido común no solo en nuestros adversarios políticos sino también en parte al interior del propio Frente Para la Victoria. No es extraño encontrar algunos compañeros que dicen que más o menos estamos bien y que ahora tenemos que aguantar a ver qué pasa. Si adoptamos la estrategia de la resignación vamos a perder. El mejor representante del proyecto de restauración conservadora es Macri. Y ese representante de la estrategia conservadora no solo quiere un modelo basado en las ventajas comparativas agrícolas y subordinadas al mercado mundial sino que quiere volver al endeudamiento. El endeudamiento de la Ciudad de Buenos Aires es grave porque es el anticipo de lo que va a hacer y de cuál es su plan estratégico si llega al gobierno», completó. Para combatir ese proyecto , Taiana sostuvo que es clave intensificar la discusión, la construcción y la profundización respaldadas en la densificación del tejido productivo, en coincidencia con lo sostenido por Heller acerca de ofrecer alternativas de participación popular que empoderen a los ciudadanos.
El segundo debate significativo de este año es, según Taiana, la cuestión del poder. «¿Quién manda en la Argentina? ¿Manda el representante de la voluntad popular a través del ejercicio político de representar los intereses del pueblo o mandan los grupos concentrados que consideran que los que están al frente del Poder Ejecutivo y Legislativo deben ser simples administradores y ejecutores de las decisiones de ellos, y el Poder Judicial debe ser el guardián de la legalidad de todo eso? Esa es la concepción que cuestionó Néstor en 2003 cuando dijo “acá no mandan más esas corporaciones, acá va mandar la representación popular y se va a hacer la voluntad general”. Y ese es un debate por el poder y es un debate en donde los grupos concentrados internos y externos no quieren resignarse a perder». Para cerrar, el precandidato se comprometió a «seguir trabajando en una Argentina en donde el trabajo sea un derecho para todos, donde la inclusión social sea plena justicia social y en donde el crecimiento sea un verdadero desarrollo económico con inclusión».

Pablo Provitilo

Estás leyendo:

Política

Rumbos y disputas