20 de noviembre de 2025
La puja política en la capital del país adquiere gran relevancia por el probable choque entre el macrismo, que defiende su territorio base, y los libertarios. El peronismo y sus aliados, a la expectativa.

Macri x 2. El jefe de Gobierno y el expresidente arriesgan el liderazgo de la marca PRO en la Ciudad.
Foto: NA
Cuando hay elecciones en la Argentina, se pone una especial atención en la provincia de Buenos Aires por su dimensión demográfica. Sin embargo, en toda la historia nacional no ha habido un gobernador bonaerense que haya llegado a la presidencia.
En cambio, la autonomía porteña se plasmó recién en la reforma constitucional de 1994 y se concretó en 1996, con el triunfo de Fernando de la Rúa como primer jefe de Gobierno electo. Y en estas tres décadas, la Ciudad ya puso dos alcaldes como presidentes, De la Rúa y Mauricio Macri. Además, los dos últimos mandatarios, Alberto Fernández y Javier Milei, nacieron e hicieron su carrera política en la Ciudad.
El distrito tiene solo 200 kilómetros cuadrados de extensión y poco más de tres millones de habitantes, pero es la mejor vidriera política para proyectarse a nivel nacional. Es el lugar más visitado por habitantes de otras provincias y cuenta con un presupuesto multimillonario. Al medirlo per cápita, es levemente superior al de ciudades europeas como Barcelona o Madrid. Esto permite «mostrar gestión». Solo por hacer una comparación, el presupuesto porteño es 14 veces mayor que el de La Matanza.
Las elecciones legislativas de este año pueden tener un impacto político mucho mayor del que podría esperarse en una disputa de medio término. Uno de los motivos es que la crisis que sufre el PRO de Mauricio Macri podría recibir una nueva estocada. Un revés electoral en la Ciudad podría sentar las bases para que el partido amarillo pierda su bastión y se vuelva un sello testimonial de la derecha.
Este año, la CABA renueva sus tres representantes en el Senado, 13 diputados y 30 legisladores locales. La contienda se perfila con tres fuerzas dominantes: el PRO, La Libertad Avanza y Unión por la Patria.
Hace cuatro años, en las legislativas de 2021, estas mismas fuerzas reunieron el 85% de los votos. En esa ocasión, el actual presidente, Javier Milei, fue candidato a diputado nacional y obtuvo el 17% de los votos. Leandro Santoro (actual UxP) llegó al 24% y María Eugenia Vidal, por el macrismo, sumó 47 puntos. El PRO confirmó de ese modo la hegemonía que tiene en la Capital Federal desde 2007, cuando Mauricio Macri ganó por primera vez la jefatura porteña.
La diferencia de la elección legislativa de este año respecto a la de 2021 es que el mileismo –según las encuestas– pegó un salto en el respaldo por parte de los porteños. Le «robó» buena parte de la base electoral al macrismo. Es una disputa por derecha por el liderazgo del electorado antiperonista, que en la Ciudad sigue siendo mayoría.
La guillotina
La última encuesta de la consultora Circuitos arroja datos que ilustran la contienda. Al preguntar por fuerza política, la Libertad Avanza encabezó las preferencias con el 27% de intención de voto. Detrás se ubicó el PRO, con el 24%, y luego el peronismo con 20 puntos.
Al poner potenciales candidatos, la ecuación cambia. Leandro Santoro (UxP) quedó en primer lugar con 24% de intención de voto, seguido por Waldo Wolf (PRO) con 20,6%, y Ramiro Marra (LLA) con 17%.
Pero Marra ya no juega con esa camiseta, fue expulsado del mileismo. Cayó sobre su cabeza la guillotina de Karina Milei, que tiene otros preferidos para la Ciudad. El dirigente que suena para reemplazarlo es el vocero presidencial Manuel Adorni. Las encuestas indican que se instaló con fuerza en un segmento de los votantes porteños, que parecen disfrutar del extremismo de derecha sarcástico.

Santoro. El diputado de Unión por la Patria jugará un rol relevante en la alianza opositora.
Foto: NA
Estos números son los que han puesto en duda la posible candidatura de Mauricio Macri para senador nacional por la Ciudad. El fundador del PRO solo competiría si está seguro de salir primero. Es la forma que tiene de mostrar que resiste y que es temprano para que le den el carnet de jubilado. Si quedara en segundo puesto, por ejemplo, conseguiría la banca, pero sería el fin de su carrera como jefe político con expectativas de poder.
Otro que no se quiere jubilar es el ex jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta. Explora una alianza con el radicalismo porteño y ser candidato a legislador. Es como el jugador de fútbol que casi sale campeón del mundo y vuelve a empezar desde la base. La apuesta del larretismo es arañar los 15 puntos. Jorge Macri, mientras tanto, trabaja para que esta propuesta no avance. Trata de que Larreta no saque los pies del plato del PRO y recrear un Juntos por el Cambio porteño.
La otra opción es que finalmente cierren un acuerdo las dos expresiones de la derecha. Es lo que promueve Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad imagina una rendición incondicional de Macri ante Milei. Es la venganza que Bullrich saborea fría, como se saborean las venganzas, por el boicot que Macri hizo de su candidatura presidencial respaldando de modo explícito a Milei.
Macri utilizó a Milei para «apuñalar» a Bullrich y ahora la ministra utiliza a Milei para vengarse de Macri. El actual presidente, por su parte, utilizó a los dos –a Macri y Bullrich– para que se destruyeran entre sí y quedar como líder de la argentina antiperonista.
Interrogante peronista
En la coalición que reúne al peronismo y sus aliados los números muestran que el mejor candidato de Unión por la Patria sigue siendo Leandro Santoro. Mide más que la coalición como fuerza.
La interna de UxP no tiene en la Ciudad la misma intensidad que en territorio bonaerense, pero existe. La suspensión de las PASO a nivel nacional y local, más el adelantamiento de las elecciones para legisladores porteños, ponen interrogantes sobre la estrategia.

Adorni. El vocero puede ser la carta libertaria tras la expulsión de Marra.
Foto: NA
La lógica indica que Santoro debería tener un lugar preponderante. ¿Debe encabezar la lista de legisladores porteños o la de senadores o diputados nacionales? No es un punto menor. El desdoblamiento provoca que la campaña en la que se van a discutir los temas de la Ciudad sea en la de los legisladores locales. Por otra parte, a Mariano Recalde le vence el mandato como senador y es una banca que el peronismo quiere retener.
Son varias las jugadas que se evalúan mirando las cartas propias y tratando de adivinar las del adversario y los posibles aliados. Las modificaciones en el calendario electoral adelantaron los tiempos y se escucha el tic tac de la cuenta regresiva.
