Política

Posición adelantada

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A poco más de un año de las elecciones la campaña parece haberse iniciado. Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri, aspirantes a la candidatura presidencial, los más activos.

 

Lanzado. Scioli anunció hace tiempo su intención de ser candidato. Si bien algunos le aconsejan lo contrario, por ahora se mantiene dentro del Frente para la Victoria. (Télam)

Hay una realidad compleja, cambiante, y una suprarrealidad mediática con esquemas estrictos y variantes acotadas. En la primera, la política expresa las modificaciones –positivas o negativas– que experimenta la sociedad. En la segunda, se pone en evidencia la voluntad de los grupos de poder que necesitan obstaculizar cualquier alternativa que no se acomode a sus planes. De allí que, cuando aún faltan diez meses para que se realicen las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), los oligopolios comunicacionales intentan instalar fuertemente la idea de que todos los candidatos con posibilidades de triunfar cohabitan en el espacio del centroderecha. El gobernador Daniel Scioli, el diputado Sergio Massa y el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, sobre la base de lo que dictaminan primordialmente las encuestadoras financiadas por las fuerzas políticas a las que pertenecen, se han convertido en protagonistas de un eventual  triple empate en esta competencia que recién se inicia y en la que seguramente habrá muchos más participantes que no están siendo considerados en dichos sondeos.
No obstante, anticiparse demasiado a los acontecimientos suele ser problemático, como lo demuestran experiencias no muy lejanas en el tiempo. En efecto, si los sondeos realizados pocos meses antes de los comicios presidenciales de 2003 hubiesen sido acertados, Adolfo Rodríguez Saá habría gobernado el país y Ricardo López Murphy se habría convertido en el principal referente de la oposición.
Pero la intención de las sesgadas consultas no es sólo inducir al electorado a escoger un determinado perfil de candidato, se trata –además– de que los aspirantes aprobados por el establishment ostenten esa supuesta primacía para seducir a gobernadores, intendentes, concejales o punteros de otros espacios o desalentar deserciones en el propio, a partir del alineamiento detrás de un supuesto  liderazgo fuerte y con capacidad de asegurar un triunfo electoral. Por otra parte, las consultoras computan a su favor el denominado «margen de error» que oscila entre los tres y los cuatro puntos, que son no casualmente los que separarían entre sí a los preseleccionados, con lo cual las pequeñas diferencias no alteran la ecuación, y todo el mundo en paz.

 

Tres perfiles
Lo seguro es que las debilidades y fortalezas de los componentes del trío van a incidir en su futuro político mucho más que los sondeos prematuros. Scioli parece obligado a exhibir un discurso formalmente oficialista para no perder la adhesión de quienes reivindican las políticas sociales del kirchnerismo, pero a la vez se propone convencer a los empresarios y la clase media alta de su opción por la plena libertad de los mercados, una dualidad difícil de sostener. En el haber cuenta con la ventaja de no haberse alejado del Frente para la Victoria, contra la opinión de muchos de sus asesores, lo cual puede permitirle contar, al menos en el contexto actual, con una porción importante del caudal del oficialismo.
Por su parte, Massa también está preso de una contradicción: debe plantarse como el más férreo de los opositores para acumular en el espacio antikirchnerista, pero al mismo tiempo está impedido de combatir las medidas de inclusión social adoptadas en la última década, porque la mayoría de sus posibles electores pertenece a sectores populares que fueron beneficiados por ellas y porque él mismo ha sido un importante funcionario del gobierno que las impuso. Con todo, su mayor dificultad es la falta de una estructura nacional que no logra suplir hasta el momento, ya que,  a contramano de interesados pronósticos, sólo logró la incorporación de laderos que, como el gobernador de Río Negro, Alberto Wereltineck, sólo aportan su ambición personal.
El tercero en cuestión, Macri, cuenta con la ventaja de representar a una derecha explícita que no vacila en reclamar el ajuste ortodoxo, lo que le facilita hacer pie en un espacio social que históricamente –con las fuerzas conservadoras tradicionales o con la Ucedé– conforma un segmento significativo del electorado. Su mayor dificultad reside en que su techo es muy bajo y no le será fácil acceder al balotaje sin alianzas con otras fuerzas. Por lo pronto, el jefe de Gobierno porteño parece decidido a optar por Gabriela Michetti para completar la fórmula presidencial, lo que implicaría que no mantiene expectativas respecto de las negociaciones con el radical Sanz para ocupar ese lugar. Un dato que debería preocupar a Macri: nunca, desde que está en vigencia la ley del voto secreto y obligatorio, la derecha pura y dura logró ganar una elección. En la década infame, Agustín P. Justo fue elegido presidente mediante el «fraude patriótico» y Carlos Menem debió recurrir a su historia peronista para contrabandear el programa neoliberal que aplicó en los 90.

 

Acuerdos y problemas
En un contexto en el que prima el pragmatismo, son posibles las más extrañas alquimias políticas. Córdoba es un claro ejemplo de ello. Por un lado, el senador  Luis Juez, que gustaba presentarse como un exponente del progresismo, ya ha confirmado que no participaría del frente UNEN en la provincia si lo integra el radicalismo, pero está dispuesto a confluir con el Pro en el orden provincial porque «hoy hay en Córdoba nuevos sectores políticos y no reconocerlo sería negar la realidad». Por el otro, Macri ha cultivado una estrecha relación con el intendente capitalino Ramón Mestre y con Oscar Aguad –ambos aspirantes a la candidatura a gobernador– desde las elecciones de 2011, que acaba de darle una alegría en los comicios municipales de Marcos Juárez. Curiosamente, en los festejos por el triunfo del intendente Pedro Dellarosa al frente de un armado vecinalista con respaldo del Pro y el radicalismo, además de Macri, Michetti y Aguad, entre otros, también estuvo Juez.
Sin embargo, las cosas no se presentan fáciles para quienes aspiran a ser candidatos por la UCR. Mestre, junto con el secretario de Transporte de la provincia, César Ferreyra, quien lo antecedió en la cartera, Juan Pablo Cardeilhac, y el responsable legal de la permisionaria, Juan Carlos Romero, están acusados por el fiscal federal Gustavo Vidal Lescano,  por desviar subsidios al gasoil enviados por la Nación en perjuicio de la empresa municipal Tamse, para beneficiar a ERSA-Autobuses Santa Fe, una de las prestatarias del servicio de transporte provincial. A raíz de esta denuncia y de otros problemas de gestión, su situación se presenta complicada, sobre todo porque, aunque siempre sostuvo que si un funcionario era imputado debía renunciar, se niega a presentar su dimisión. Sus correligionarios aseguran que no existe ninguna prueba seria que lo comprometa, pero se estima que cada vez son menores las posibilidades de que se postule para la reelección.

 

Incógnitas
El caso de Aguad, que aspira a ser gobernador, es todavía más controvertido, ya que fue sobreseído por un fallo de la Corte Suprema de Justicia que solicitó la prescripción de la causa en la que estaba procesado por la desaparición de 60 millones de dólares cuando administró la Municipalidad de la ciudad de Corrientes, durante la intervención federal a esa provincia dispuesta por el entonces presidente Fernando de la Rúa. Según el blog Indie Politik, la visita que realizó recientemente a Gobernador Virasoro para disertar sobre la situación del sector agropecuario en la 20ª Expo Rural del Mercosur, donde compartió escenario con Gabriela Michetti y Elisa Carrió, fue muy mal recibida por los correntinos.
En el Concejo Deliberante se presentó un proyecto para declararlo persona no grata y distintos medios locales reaccionaron con notable dureza. El diario digital Sur Correntino apuntó al respecto: «Como un dato no menor, el municipio capitalino pagó y sigue pagando un monumental crédito que jamás utilizó», en referencia al dinero supuestamente malversado. El diario calculó que el importe desaparecido de las arcas correntinas representa en la actualidad 500 cuadras de pavimento. Por su parte, el sitio Mundo Corrientes recuerda el camino que se recorrió para lograr su sobreseimiento: «La provincia de Corrientes fue otra vez engañada, burlada, estafada. Se resolvió después de tantas denuncias y presentaciones judiciales que quien robó millones de pesos a esta provincia se encuentre “libre de culpa y cargo”. La Corte consideró que se había excedido el “plazo razonable” para llegar a una sentencia definitiva y cerró la investigación».
Con todo, resta aún despejar demasiadas incógnitas en el camino hacia 2015 como para que las especulaciones y sondeos que circulan puedan ser seriamente tenidas en cuenta. Entre ellas, cuestiones que pueden cambiar el escenario político como quiénes serán los precandidatos del Frente para la Victoria que se presentarán en las PASO –la cantidad de postulantes actuales parece excesiva– y el rol que jugará en esa puja la presidenta Cristina Fernández. No caben dudas de que su opinión puede ser determinante. En la provincia de Buenos Aires, además, está por verse en qué lista competiría el actual diputado kirchnerista Martín Insaurralde quien, en el programa televisivo conducido por Marcelo Tinelli, donde baila su novia, la modelo Jésica Cirio, dijo que todavía era demasiado pronto para asumir una definición. Algunos operadores massistas opinan que si no se apura puede quedarse sin el pan y sin la torta.

Daniel Vilá

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