Camino a las elecciones de 2019, las fuerzas políticas se embarcan en el armado de estrategias. El Frente Renovador, tras su fractura, parece apostar otra vez a su alianza con el GEN, pero incluye a una parte del radicalismo y al socialismo santafesino.
31 de octubre de 2018
Encuentro progresista. Primera reunión del espacio con todos sus integrantes. (MAXIMILIANO VERNAZZA/NA)
Sergio Massa y Margarita Stolbizer parece que lo volverán a intentar. Ellos mismos habían dicho que su acuerdo para las elecciones legislativas de 2017 fue apenas uno de esos amores volátiles, que duran lo que una campaña; pero las necesidades compartidas –y algo de desconcierto– los pusieron de nuevo en una misma mesa, buscando hacer pie en la ya clásica «avenida del medio», siempre con Cristina Fernández como límite y mientras el escenario, una vez más, avanza hacia la polarización. «Hay que salir de la disyuntiva pasado o presente. Hay una gran decepción en la sociedad», sostuvo la líder del GEN, que alguna vez supo lanzar un spot donde llamaba a unir a un país separado entre «Argen» y «Tina».
El anhelo compartido con el exintendente de Tigre es cosechar los votos refractarios al kirchnerismo y, a la vez, desencantados con Cambiemos. En parte, eso explica que hayan bajado la intensidad de sus críticas hacia Cristina Fernández y buscado remarcar ciertas diferencias –sobre todo, discursivas– con las políticas económicas del oficialismo.
Pero la supuesta remake guarda ciertas diferencias con el original. En la versión 2017, Stolbizer se acopló a la candidatura de Massa, que buscaba potenciar su fórmula para senador incorporando a una mujer de alto perfil. En esta oportunidad, el espacio se muestra más amplio y se inscribe en la línea de los armados alternativos que el socialismo y un sector díscolo de la UCR han impulsado en los últimos años. En la foto de Encuentro Progresista –así fue bautizado el ensayo–, también se destacan Ricardo Alfonsín, principal referente del radicalismo rebelde; el gobernador santafesino, Miguel Lifcshitz, y su antecesor, Antonio Bonfatti; Roy Cortina, por el Partido Socialista porteño; y Humberto Tumini, de Libres de Sur.
De revés en revés
Aunque las figuras del tigrense y de Margarita se imponen por peso propio, los dos llegan, por así decirlo, con el caballo cansado, no solo por la mala racha acumulada en las urnas, sino también por los reveses que vienen sufriendo con sus apuestas políticas. A Massa el Frente Renovador (FR), con el que alguna vez soñó gobernar el país, se le deshizo en las manos; y a Stolbizer, se le agotó la estrategia de las denuncias de impacto mediático contra el kirchnerismo, sobre todo por la competencia en ese rubro y porque la terminó desperfilando como opositora, más aún luego de sus muestras de entendimiento con la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. En las legislativas del año pasado, el exiguo 11,3% que 1País, el sello compartido, obtuvo para la categoría senadores en la provincia de Buenos Aires, los dejó terceros y fuera de la Cámara Alta. Fue un golpe duro para una dupla de antiguos candidatos a presidente. El mal resultado hizo pensar que la experiencia de ir juntos, que había sonado forzada de por sí, no volvería a repetirse. Pero el descalabro del FR, que se fracturó y perdió varias piezas clave, y el desgaste de Margarita, hizo que los socios mostraran la intención –hasta el momento hay solo una foto– de reactivar un acuerdo que, en lo formal, nunca habían dado de baja.
Antes, debieron superar una diferencia surgida a comienzos de año, cuando Massa quiso abroquelar a un peronismo sin CFK y se fotografió junto a Miguel Ángel Pichetto y el presidente del justicialismo bonaerense, Gustavo Menéndez. «No tenemos nada que ver con las fotos veraniegas del PJ», se desmarcó «Marga». Pero el acercamiento del tigrense no prosperó y su veto a la participación de la expresidenta acabó provocando un cisma entre los renovadores: Felipe Solá, Daniel Arroyo y Facundo Moyano abandonaron el barco y confluyeron con sectores del Movimiento Evita. Junto con Massa aún permanecen 14 diputados. En el caso de Stolbizer, el potencial del GEN, prácticamente, se resume en su persona.
Así, ya sin el brillo de años anteriores, parece que buscarán cautivar a ese tercer tercio que no está contenido en el electorado que opta por el macrismo o el PJ/kirchnerismo, y que en las últimas presidenciales fue determinante.