Política

Las urnas y los tribunales

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Vientos de cambio soplan en Comodoro Py tras el contundente resultado de las primarias. Los juzgados federales concitan todas las miradas: causas que pueden cobrar nuevos bríos y el destino de algunos protagonistas notables de los últimos años, en juego.

Sede. En el edificio del barrio de Retiro se sustancian procesos de alto impacto político. (Horacio Paone)

En los tribunales federales de Comodoro Py, donde se investiga al poder político, se respira un nuevo aire desde la victoria en las PASO del Frente de Todos. En el edificio de Retiro se especula sobre quiénes podrían dejar el cargo y qué expedientes recobrarán impulso. La dura derrota que sufrió el presidente Mauricio Macri promete un cambio drástico en la dinámica que los juzgados más políticos del país habían tomado en los últimos cuatro años.
En el Poder Judicial consideran que el resultado no tiene retorno. Por eso, algunos magistrados ya buscan contactarse con Alberto Fernández. El exjefe de Gabinete es un viejo conocido en el mundo jurídico. Profesor en la Facultad de Derecho de la UBA, tuvo mucho peso en el armado judicial durante la gestión de Néstor Kirchner.
Poco tiempo antes de ser elegido como candidato, Fernández dejó entrever la línea judicial que podía seguir un Gobierno peronista. A mediados de mayo pasado aseguró que «hay jueces que van a tener que dar explicaciones». Entonces apuntó contra los magistrados Julián Ercolini, Claudio Bonadio, Martín Irurzun, Gustavo Hornos y Juan Carlos Gemignani. Con el resultado del 11 de agosto sus palabras adquirieron otra relevancia.
En lo que hace a los 12 juzgados de primera instancia de Comodoro Py, se esperan cambios. Bonadio dejaría su cargo. Quien condensó la mayoría de las causas contra la expresidenta tiene la jubilación tramitada. La situación de Ercolini es diferente. Viejo conocido de Fernández, no está definido que se vaya. Tiene margen de negociación. Daniel Rafecas es otro que podría irse: está ternado para ingresar a la Cámara de Casación ordinaria. Finalmente, el Juzgado Federal N°12 está vacante y si hay consenso en el Consejo de la Magistratura y en el Senado se cubrirá. También se estima que el procurador general interino, Eduardo Casal, se jubilará. A quien se lo notó muy preocupado tras las PASO es al fiscal Carlos Stornelli. No es para menos: está imputado en el «D’Alessiogate», donde fue declarado rebelde.
Junto a la situación de Bonadio y Stornelli, quedará en el centro de la tormenta la causa de los cuadernos. Una parte del expediente fue elevado a juicio. Podría recaer en el TOF 7. Lo que no estará exento de controversias.

Los camaristas
Martín Irurzun, el mandamás de la Cámara Federal porteña, deberá recomponer sus vínculos. Quedó muy expuesto durante el macrismo. La instancia revisora de Comodoro Py fue arrasada por Macri. Corrió a tres de los cuatro camaristas y designó a otros tres. Dos fueron Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi. Entonces, la oposición acusó al presidente de ponerlos «a dedo» vía «traslados». Esto hace que no estén firmes si cambia el primer mandatario. Además, en la Cámara hay dos vacantes que podrían cubrirse en breve. En lo que hace a la Casación Penal, quien llegó a través de un traslado polémico fue Carlos Mahiques, exministro de Vidal. Era juez de la Casación ordinaria. También tiene edad para jubilarse.
Si Macri pierde en octubre puede complicarse su frente judicial. Los engranajes de Comodoro Py suelen avanzar contra los jefes de Estado una vez que caducan sus mandatos. Entre las causas que podrían traerle más de un dolor de cabeza, se cuentan:
• La reestructuración de la deuda del Correo.
• La causa que investiga los aportes irregulares en las campañas de Cambiemos de 2015 y 2017, más conocida como «aportantes truchos».
• El caso de los Parques Eólicos. El jefe de Estado y distintos funcionarios nacionales fueron acusados en 2018 de favorecer de «manera ilegal» al grupo Macri.
Una lista de casos que –Macri lo sabe– es mucho más extensa.

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