22 de diciembre de 2014
Quería comentar, en este espacio de reflexión y noticias que es la revista Acción para los lectores, lo acertado que me pareció el presidente de Uruguay, Pepe Mujica, cuando se refirió a la Ley de Medios de ese país. Dijo el Pepe: «Yo no quiero que Clarín (Argentina), Globo (Brasil) o Carlos Slim (México) se hagan dueños de las comunicaciones en Uruguay. Con estos (los empresarios locales) me peleo, pero somos pocos y nos conocemos de entrecasa». Más allá de lo gracioso que es siempre el Pepe para expresarse, dejó en evidencia la lucha que hoy enfrenta el país hermano para que los grandes conglomerados de la comunicación no se apropien de la palabra del pueblo uruguayo, tal como ocurría aquí desde la sanción de la ley de la dictadura hasta 2013, cuando se aprobó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Es que los monopolios no se dan por vencidos y hace pocos días el gran grupo argentino, mediante sus aprietes a la Justicia, consiguió que se apruebe otra cautelar para evitar adecuarse tal como dice la ley votada por mayoría en el Congreso en 2009. Y ya empezó a mover los hilos al otro lado del río. Bastó que Mujica hiciera esa ligera referencia al grupo de multimedios para que inmediatamente, al otro día, Clarín saliera a atacarlo en el diario y a tildar de «polémica» la ley uruguaya, tal como hizo durante años con la argentina. Y, por supuesto, como hacía en nuestro país, dando voz exclusivamente a los políticos de la oposición, en este caso al gobernante Frente Amplio.
Mujica y el pueblo uruguayo deberán librar una gran batalla contra los monopolios de la comunicación para que puedan oírse todas las voces, no solo las de quienes detentan el poder económico.
Alejandro Richter
Ciudad de Buenos Aires