29 de abril de 2023
Tuve la oportunidad de participar en el importante acto que se realizó en el Teatro Argentino de la Plata. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner pronunció allí un discurso, en el marco del lanzamiento de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner.
Me llamaron la atención algunas definiciones, más allá del extenso y detallado desarrollo posterior. En primer lugar, Cristina señaló que «estamos en ese raro momento en el que el pasado se torna presente y tal vez frustre el futuro».
Afirmó concretamente que Argentina atraviesa una «situación en la que figuras, ideas y hechos del pasado parece que quieren venir nuevamente a instalarse en el presente para condicionarnos y condicionar el futuro».
Fue allí que criticó las propuestas de dolarización de la economía lanzadas por sectores de la oposición, a las que consideró «peor» que la convertibilidad aplicada en los años 90 del siglo pasado.
Se preguntó luego si «¿es posible que 20 años después estemos discutiendo lo que fracasó y destruyó la Argentina 20 años antes?». Sostuvo además que «ahora quieren volver como si fueran modernos» aquellos que habían provocado la reacción popular del «que se vayan todos».
Hubo otras afirmaciones relevantes, como cuando dijo que «el crecimiento se lo están llevando cuatro vivos», o cuando habló de la fuerte concentración empresaria e identificó a una veintena de grupos responsables de más del 74% de la oferta de productos de consumo masivo.
Fue muy contundente, además, al contrastar las teorías liberales sobre el funcionamiento de la economía con la realidad.
La vicepresidenta advirtió, por otra parte, que «ningún argentino de bien puede ignorar el lastre que es haber vuelto al Fondo Monetario Internacional. Nadie con honestidad intelectual». «Las políticas del FMI no han dado resultado en ningún lado», dijo. Y alentó en ese sentido una revisión del acuerdo de refinanciación de la deuda tomada por el Gobierno anterior.
Otra definición sobresaliente de la ex jefa de Estado fue al hacer alusión a un discurso previo, en la ciudad de Avellaneda: «Cuando les dije a los compañeros y compañeras que sacaran el bastón de mariscal no es para dárselo en la cabeza a otro compañero o compañera sino para poder ayudar a pensar una sociedad, un país diferente y ver cómo podemos contribuir a un futuro mejor».
El mensaje constituyó un llamado de unidad al interior del Frente de Todos, en vísperas de iniciarse el cronograma de las próximas elecciones. Acto seguido Cristina llamó a discutir y debatir un programa de Gobierno que contemple el cuidado de los recursos y el empleo y genere una mejor distribución del ingreso. Mencionó de forma explícita la necesidad de planes para la explotación del litio y los hidrocarburos de Vaca Muerta.
«También tenemos que saber que no hay salvaciones milagrosas», alertó, para luego remarcar que «a nosotros nos va a salvar el trabajo, la tecnología, la innovación, el cuidado de los recursos y generar distribución del ingreso para producir una sociedad más justa y equitativa».
Claramente hay un pasado que insiste con volver y que representa un serio riesgo para el futuro del país. Pero hay también una fuerza, el Frente de Todos, que trabaja para impedir el retorno de políticas regresivas, cuyas consecuencias negativas todavía se siguen pagando.
Mensaje. En el teatro Argentino de La Plata la vicepresidenta advirtió acerca de propuestas de algunos sectores políticos: «No hay salvaciones milagrosas».
Foto: @CFK