Opinión

Pedro Brieger

Periodista

Putin y los bolcheviques

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En su discurso sobre la situación en Ucrania pocos días antes de invadir ese país, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, acusó a los bolcheviques de ser responsables de las concesiones a los nacionalistas ucranianos para la creación de Ucrania como Estado independiente. Aunque no ahondó en la explicación histórica porque lo central era inculpar a la OTAN de expandirse hasta las fronteras rusas, la «acusación» no deja de ser cierta. Para los bolcheviques, la revolución de 1917 tenía que ser social, pero también debía destruir el imperio zarista, al que habían definido como «cárcel de los pueblos» por la histórica opresión de las minorías nacionales. La cuestión de las minorías y las nacionalidades en Europa fue motivo de grandes debates entre los socialistas, justamente porque comprendían la importancia de otorgarles derechos a las minorías perseguidas y masacradas en tantísimas oportunidades. De hecho, la palabra rusa «pogrom» remite a las masacres de judíos cometidas en el siglo XIX en numerosas ciudades de Ucrania, Polonia, Moldavia y Bielorrusia. Los intensos debates entre Lenin y Rosa Luxemburgo son apenas un reflejo de la preocupación que existía por encontrar una respuesta a las persecuciones. De allí que plantearan la «autodeterminación de los pueblos» e, incluso, el derecho a su separación e independencia, ya que no alcanzaba con decir que el socialismo acabaría con todas las discriminaciones.
La revolución de 1917 se dio en el marco de la Primera Guerra Mundial y obligó a los bolcheviques a negociar la reconfiguración de numerosas fronteras mientras cedían territorios y se desarrollaban levantamientos populares en varios países, incluyendo Alemania y Ucrania. Putin dio en la tecla al «acusar» a los bolcheviques, empero olvidó mencionar que su objetivo era acabar con los crímenes del zarismo.

AFP PHOTO/KREMLIN.RU

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