Opinión

Carlos Heller

Dirigente cooperativista

Endeudadores y alarmistas

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En los últimos días se vio cómo la principal agrupación opositora al Gobierno está tratando de crear las condiciones para lograr que algo estalle, como por otra parte han hecho otros personajes que comparten su filosofía a lo largo de la historia. Los desespera la posibilidad de que la economía se vaya consolidando y que la ciudadanía perciba que este es el camino.
Aunque se agitó el fantasma de un alto riesgo financiero, la realidad es que la deuda pública en relación con el PIB (Producto Interno Bruto) pasó, al terminar la gestión de Cristina Fernández, del 52,6% al 89,8% cuando se va la administración Macri, en diciembre de 2019. Desde entonces se redujo a 79,8% del PIB en septiembre de 2022, último dato publicado.
Del total de la deuda a fines de 2015, la nominada en moneda extranjera era el 66,9% del PIB, pero cuatro años después ascendió al 77,7%. Desde ese nivel cayó hasta 66,7% en septiembre pasado.
Similar variación regresiva se observó durante la gestión de Juntos por el Cambio en la composición de la deuda según el tipo de acreedor. En diciembre de 2015 el 57% de los compromisos eran intra sector público, 12% con organismos internacionales y 30% con el sector privado. En el período 2016-2019 creció la deuda con organismos como producto de los 44.000 millones de dólares tomados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que debían ser devueltos casi en su totalidad entre 2022 y 2023, una verdadera bomba. Pero además la deuda con privados (bonistas) se incrementó en 62.200 millones de dólares, que también tuvieron que ser refinanciados por la actual administración.
Lo real es que la deuda pública total de la Argentina muestra una fuerte caída en relación con el PIB. Eso revela la inconsistencia de los dichos de los economistas neoliberales acerca de la existencia de una presunta «bomba de tiempo» en el flanco de la deuda.
Por supuesto, el déficit fiscal de 2,4% del PIB hay que financiarlo, y eso solo es posible con mayores ingresos, con nueva deuda, con emisión monetaria o con el ajuste del gasto. En este sentido, el Gobierno eligió el crecimiento de los ingresos, complementado con el endeudamiento en moneda local, lo que a su vez redundó en una menor emisión monetaria. En concordancia con esto, en 2022 se tomó deuda en pesos con el sector privado local por el 144% de los vencimientos en esa moneda.
Lo que Juntos por el Cambio plantea es ir a un escenario de mayor equilibrio fiscal por vía de un brutal ajuste del gasto. Esa es la justificación para cerrar o privatizar Aerolíneas Argentinas, modificar el sistema previsional, terminar con las indemnizaciones, reformar la legislación laboral, etcétera. En síntesis, quieren hacerle pagar a la gente el costo de las barbaridades que hicieron en el proceso de endeudamiento del cual son los principales responsables.

FMI. La deuda tomada durante el Gobierno de Macri con el organismo fue de 44.000 millones de dólares.

Foto: Shutterstock

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