2 de febrero de 2023
La economía del conocimiento agrupa las actividades que requieren un aporte intensivo en saberes humanos para generar productos y servicios. A nivel mundial, en 2021, presentó ventas externas superiores a las de bienes, destacándose la industria del software, la aeroespacial, la I+D, los servicios informáticos y la producción audiovisual. Argentina exhibe un creciente dinamismo, que la llevó a alcanzar en el segundo trimestre de 2022, 482.000 puestos de trabajo formales, un 7,4% del empleo privado. Son empleos que suelen acompañar el objetivo de descentralización geográfica de la población, y tienen, en promedio, más personal femenino que las industrias tradicionales. Para atender la demanda laboral en alza, el Gobierno nacional creó el programa de estudios Argentina Programa 4.0, que a diciembre contaba con 265.000 inscriptos.
El sector es el cuarto generador de divisas del país, detrás de las cadenas sojera, maicera y automotriz. Para potenciarlo se implementaron diversas medidas en 2022, destacándose que las personas humanas y jurídicas puedan disponer de hasta 12.000 dólares anuales en bancos locales sin requisito de liquidación en pesos. Además, se estableció un régimen de fomento a la Inversión Extranjera Directa, que prevé la excepción del requisito de liquidación en el Mercado de Cambios de hasta un importe equivalente al 20% de las divisas que ingresen. Y se habilitó el reconocimiento de crédito fiscal por hasta el 70% de las contribuciones patronales, entre otros beneficios.
Acertadamente, se promueve una actividad que genera divisas para el país, que tanta falta hacen para equilibrar las cuentas externas, y es intensiva en empleos que desarrollan capacidades científicas, un valor agregado digno de apreciar.