Opinión | A fondo

Discurso único para un proyecto de minorías

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Apenas terminadas las elecciones, Cambiemos intentó homogeneizar ante la opinión pública el sentido del voto. A partir de esa lectura sesgada, presentó una batería de reformas destinadas a construir una suerte de gran acuerdo nacional con un claro sesgo pro corporaciones empresarias.
Rememoran los Pactos de la Moncloa, como los que se sucedieron en España a partir de 1977, después de 40 años de dictadura franquista, y que contaron con el apoyo de la casi totalidad del sistema político, empresario y sindical español. Aquí la oposición no participó y declaró su voluntad política de ejercer su rol.
El presidente Macri decidió que la ventaja en la elección de medio término le confiere el monopolio de la interpretación: el poder de decidir qué dijeron los electores, potenciando el valor de los que lo apoyaron y relativizando a los ciudadanos que votaron otras opciones, mayoritariamente opositoras. Así es que asistimos a la puesta en escena de una «nueva» república, sustentada en el modelo neoliberal, presentado con atributos modernos.
Se impone un señalamiento básico: no hay un solo sentido del voto. Hay varios: tantos como proyectos de país. Los números cantan: un 60% del electorado se pronunció por otras propuestas e identidades políticas. El escenario poselectoral desnuda la acentuación de otro rasgo inquietante: la fuerte tendencia al recorte de las libertades públicas, el cierre de medios y el despido de miles de trabajadores de prensa en todo el país. Se va diseñando una esfera pública que, lejos del pluralismo democrático, tiende a la instalación de un discurso hegemónico.
La consecuencia de ello es la modelación de un escenario de medios que privilegia el discurso que describe y explica ese proyecto único, incluyendo a los actores económicos, políticos y sindicales que expresan a una oposición que hasta aquí demostró que en las leyes y decisiones políticas troncales fue funcional al oficialismo. Como ya señalamos, hubo otros proyectos que fueron favorecidos por el voto popular. En la provincia de Buenos Aires, la expresidenta Cristina Fernández sumó 3.500.000 votos, como así también otras propuestas claramente opositoras en varias provincias. Quienes expresan esos proyectos tienen muy restringido el acceso al sistema mediático.
El injusto despido de Víctor Hugo Morales del canal C5N fue el caso más público de este proceso creciente de recorte democrático. No se trata de un caso aislado: se inscribe en una tendencia que va generando cierre de medios y programas censurados.
Todo ello en conjunto configura un escenario de reducción del pluralismo y de limitación de la libertad de expresión; y se va conformando un cuadro peligroso de disminución de la calidad de la democracia.
En simultáneo, se continúa con un aumento muy fuerte de las tarifas del gas, de los combustibles, de electricidad, de los medicamentos y de las prepagas, entre otros productos y servicios de primera necesidad para las clases medias y populares.
El deterioro de la esfera pública y la reducción del pluralismo son complementarios con procesos muy fuertes y sostenidos de transferencia de ingresos desde las mayorías sociales hacia los grandes conglomerados empresarios: exportadores sojeros, petroleros, mineros, financieros y especuladores internacionales, entre otros.
Estas medidas no son jerarquizadas y leídas críticamente por los medios monopólicos que actúan como integrantes de un dispositivo común para fijar los temas a diario y definir los contenidos acordes a las medidas oficiales. Una vez más, el poder económico y político se propone modelar a la opinión pública.
Sin embargo, en un país en el que aumentan las tarifas periódicamente, se disparan los precios de los productos de consumo de primera necesidad, se incrementan las tasas de interés para las pymes, se achica notablemente el mercado interno y se pierden miles de puestos de trabajo, resulta inevitable pensar que ese esquema conducirá a un crecimiento de la conflictividad social y a que se generen condiciones para el desarrollo y articulación de una oposición social y política amplia y consistente. Resulta impensable que los 8 millones de jubilados y los 4 millones de beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo no vayan reaccionando ante el recorte de sus ingresos.
La reserva democrática en nuestra sociedad es muy amplia, por lo tanto es de esperar que también en el plano de las libertades públicas y los derechos culturales y sociales se expresen líneas en defensa de esos valores.


Macri. El modelo neoliberal presentado con atributos modernos. (Presidencia)

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