10 de septiembre de 2014
Entre las muchas cosas que pueden poner a uno de mal humor al ver televisión en Argentina, hubo una que me irritó particularmente, fue la aparición del ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, en el programa que conduce el periodista Rolando Graña. Esto no sólo me inquietó por su presencia y las cosas que dijo con un desparpajo asombroso, sino que me molestó sobremanera por la actitud condescendiente y casi de complicidad que Graña tuvo con una persona cuyas políticas de libre mercado y antinacionales lanzaron a la miseria a millones de argentinos.
Cavallo hablaba a cámara como si los televidentes hubiesen estado viviendo en otro país cuando él fue funcionario, tanto durante la dictadura cívico-militar como durante el gobierno de Carlos Menem o durante el penoso gobierno de la Alianza. Así explicaba con toda soltura que el megacanje sirvió en realidad para que Argentina no cayera en default. Un megacanje que hipotecó el futuro de los argentinos por muchos años, sólo para sostener la ficción inventada por este siniestro personaje de que cada peso argentino equivalía a un dólar estadounidense. Por si no lo recuerda este señor, gran parte de la deuda externa que hoy el Gobierno está tratando de negociar con los tenedores de bonos y fondos buitre se originó en ese megacanje y en otros préstamos concedidos a la dictadura y gobiernos que él integró. Antes de la dictadura, Argentina tenía una deuda de 8.000 millones de dólares; al finalizar el gobierno militar: 60.000 millones. Parece que tampoco recuerda que está acusado ante la Justicia por la causa del megacanje. Y encima algunos medios le dan micrófono. Una vergüenza.
Juan Manuel Pereyra
Ciudad de Mendoza