12 de julio de 2021
Después de más de tres años en prisión, siete presos y dos presas políticas catalanes fueron beneficiados por el indulto de Pedro Sánchez para “restablecer la convivencia”, como dijo el presidente del gobierno español. Difícil tarea la de Sánchez. Por un lado lo presiona la extrema derecha, y la derecha en su conjunto, para que sea más duro con quienes aspiran a la independencia de Catalunya. Por el otro, quienes salieron de prisión no han abandonado su idea de tener la posibilidad de separarse del Reino de España. “España sin Cataluña no sería España y Cataluña sin el resto de España no sería Cataluña” dijo Sánchez aunque la frase encierra justamente el nudo del problema que no sabe cómo resolver. El Reino de España, nombre oficial del país, está compuesto por varias nacionalidades que conservan en la memoria la imposición nacionalista de Madrid. Si bien es cierto que la dictadura de Franco pertenece al pasado y que hay altísimos grados de autonomía y amplias libertades en las diferentes regiones, el fin de la dictadura no supuso la resolución de la cuestión nacional vasca o catalana.
Una vez que salieron de prisión los nueve políticos el presidente del gobierno catalán Pere Aragonés dijo que era la hora de una amnistía, el derecho a la autodeterminación y un referéndum acordado. Vale la pena recordar que en 2014, en nombre del Parlament de Catalunya, representantes de varios partidos catalanes fueron al Congreso y presentaron una propuesta para convocar a un referéndum pactado y que la población catalana pudiera decidir si deseaba continuar formando parte del Reino o separarse y fundar una Catalunya independiente. Sánchez, en línea con la postura histórica del Partido Socialista, rechaza cualquier posibilidad de autodeterminación. Claro que es imposible saber si la mayoría de la población catalana quiere separarse si no se la consulta. Y Madrid no acepta consultas.