9 de mayo de 2023
Experimentos neoliberales como la convertibilidad y las situaciones de fuerte endeudamiento en dólares instalaron la problemática de la economía bimonetaria en la sociedad argentina.
A partir de ahí, la cotización de la divisa estadounidense se instaló no solo en la vida cotidiana de la ciudadanía, sino también en la agenda de las distintas gestiones de gobierno.
La solución a la problemática de la finitud de la cantidad de reservas internacionales es un tema de debate en las economías emergentes y especialmente en Argentina.
En el marco de una sequía agropecuaria, que hasta el mes de abril ya implicó una caída interanual de 5.200 millones de dólares en la liquidación de divisas, el Gobierno está actuando en varios frentes.
En particular, el acuerdo alcanzado con China y el aún en desarrollo proyecto con Brasil (principales socios comerciales de Argentina) para realizar intercambios comerciales en monedas locales resultan interesantes. Con el país asiático, se acordó la reactivación del swap de monedas vigente que implica, solo en mayo, la utilización de yuanes por el equivalente a 1.040 millones de dólares.
El caso brasileño sería similar, un mecanismo a partir del cual las compañías importadoras argentinas podrán pagar en pesos sus compras a Brasil y el Gobierno de ese país los convertiría en reales con un sistema de garantías sobre flujos futuros de exportaciones argentinas.
Con una visión más estructural, el ministro y viceministro de economía brasileños señalaron hace poco que «existe, en el sistema financiero internacional, una jerarquía para las monedas nacionales. La ubicación del dólar en la cima de esa jerarquía otorga a Estados Unidos el privilegio de emitir la moneda internacional (…) La apertura de un proceso de integración monetaria para la región sería capaz de insertar una nueva dinámica a la consolidación del bloque económico».
Medios de pago. El intercambio comercial con monedas de los países intervinientes en la operatoria mejora la perspectiva económica.
Foto: Jorge Aloy
