14 de julio de 2020
(Pablo Blasberg)
Ante la crisis que provoca el virus, maldito castigo de Dios, dedicarse a la profesión de espía pareciera ser una buena opción… y además está de moda.
Como esta es una columna de servicio, vayan algunos tips para aquellos que quieren dedicase a este oficio de saber qué hace el otro, para poder reventarlo mejor.
1) Antes el espía se apoyaba en la pared y se cubría el rostro con un diario. Hoy diarios quedan pocos. Taparse la cara con un celular es complicado, no lo intente, lo descubrirían enseguida.
2) Las escuchas tradicionales siempre se hicieron con una conexión al cable del teléfono del candidato. Lo hacían desde arriba de un poste en la calle, una azotea, etcétera. Hoy el único teléfono fijo con cable que podrá pinchar es el de su abuelita. No pierda tiempo aprendiendo a hacer empalmes subido a un poste.
3) Los celulares tampoco se pinchan utilizando un cable. Se nota mucho.
4) Los porteros eléctricos no vale la pena pincharlos, generalmente escuchará al sifonero. Mejor pinche al portero, ese sí que sabe.
5) Consejo al funcionario. Si tiene que hacer un espionaje ilegal (aquí son prácticamente los únicos) no utilice espías que trabajen en blanco en la Central de Inteligencia. A estos si los meten en cana les tienen que pagar el sueldo. Mejor utilice personal en negro o tercerizados, que por aquí sobran. Además, disimulan mejor.
6) Si el espía debe entrar en la Casa Rosada a llevar información a un funcionario/a, trate de no usar su DNI real y su nombre verdadero. Eso es casi un papelón. Ante alguna duda sobre la conveniencia de tener varios pasaportes y varios nombres consulte con la CIA, la KGB o la Mossad. Ellos, seguro, les van a saber informar (los teléfonos los puede buscar en internet).
7) Si tiene que vigilar un local durante varios días evite usar siempre el mismo coche y los mismos tres espías con la misma cámara fotográfica. Tampoco estacione siempre en el mismo lugar. Ya que estamos trate que la patente del coche no esté a nombre de la Central de Inteligencia. Por lo menos para hacerle honor al nombre.
8) Los espías, tal vez por algún canje comercial, usan siempre anteojos obscuros. Muchos también van con sombrero. Pero hoy, si le agregamos el barbijo, ya es como mucho. No exageremos. Le falta el impermeable en un día de sol y cartón lleno.
9) Si el jefe lo manda a espiar a la hermana de alguien importante, tenga cuidado. Es preferible, y menos riesgoso, infiltrarse en la mafia rusa y china juntas, que meterse con una mujer en asuntos de familia.
10) Si lo agarran con las manos en la masa, no se desespere, siempre le quedará la instancia de buscar un juez amigo.