6 de enero de 2023
A raíz de lo ocurrido con la excursión en grupo al rancho del amigo Lewis, la Asociación de Amigos de la Toga ha preparado el presente instructivo con el objetivo de evitar futuros papelones.
a) El Viaje. Sabemos la comodidad que significa un jet privado con camarera y canilla libre. También sabemos que eso es caro y que ningún juez ni loco estará dispuesto a pagarlo. Después de todo si invitan es por algo. Pero bueno estaría disimular un poco. No sería mala idea que el juez ingrese al avión con la SUBE en la mano y cuando el piloto le diga que ese jet no tiene el lector de la tarjeta, el hombre diga algo así como «Qué macana… yo la traje especialmente».
b) En el manifiesto con los datos de los pasajeros no poner lo nombres verdaderos. Cinco funcionarios de Comodoro Py, todos juntos, llama más la atención que una vaca en un quirófano. Recomendamos poner nombres de fantasía tipo Batman04, Utsupra Raúl, Coqueta Mimosa, Messi Diego Armando, serían nombres mucho menos llamativos.
c) Cámaras. Fotos y videos, ni locos. Sabemos que es tentador sacarse una foto con esos paisajes de la ostia que suelen rodear los ranchos a donde los llevan, pero piensen que mañana pasa algo, aparece la foto y se van a pasar años diciendo que esos no son ustedes, que están dibujados, que la montaña que está atrás no es una montaña o que el lago en realidad es una alcantarilla. Recuerden que en los aeropuertos suele haber cámaras que filman lo que venga. Lo más seguro es bajar del avión, meterse adentro de valijas dispuestas al efecto y salir en carrito. Que los que los invitan los saluden en el hall, delante de las cámaras de seguridad es un incendio más grande que los del Delta.
d) Discreción. Como estos suelen ser picnics reservados y confidenciales, no hay necesidad de armar un grupo de WhatsApp llamado «Nosotros, los del Picnic». Tampoco hay necesidad de andar escribiendo cosas que ni siquiera deberían pensarse y mucho menos enviar mensajes de voz, porque si hay algo fácil de reconocer, son las metidas de pata que uno mismo dice.
c) Al Regreso. Si ya habíamos quedado que se trataba de un picnic secreto entonces no se puede llegar a tribunales y andar pregonando, habano en mano, que estuvieron tomando vinos franceses de miles de euros la botella. Más que tal vez en la Aduana haya pasado como lata de tomates peritas… si es que pasó por ahí.
En fin, en la Asociación de Amigos de la Toga solo queremos darles una mano a los muchachos para que puedan disfrutar de tan merecidos como necesarios esparcimientos, sin que nadie les venga a romper las glándulas.
De nada.