9 de enero de 2022

La Federación Argentina De Personas Que Estamos Repodridas Del Covid (FAPERC) se dirige a la población toda para expresar que: Como dice nuestro nombre, estamos repodridos de esta pandemia virósica de porquería que pareciera que no se termina nunca. Desde hace tiempo nos bancamos varias olas, encierros, aislamientos, pinchazos hasta que al final la curva descendió… y siguió bajando hasta que todos pensamos que, finalmente, íbamos a pasar un fin de año y un verano tranquilos y de regreso a la normalidad. Si es que algo aquí puede considerarse normal. Y ya estábamos de festejo cuando, ¡zacafrúscate!, el bicho, enano maldito castigo de Dios, reapareció altamente virulento y, con respeto, comenzó a contagiar a Dios y María Santísima, ambos ya con tres dosis.
Para colmo, muchos mediáticos, autopercibidos periodistas, que poseen el don de hablar de todo sin saber de nada, combinan en una misma oración afirmar que todo está bien, con que estamos batiendo records de contagios. Así pasan de una imagen de una disco en un centro turístico a un médico que, desde adentro de una escafandra hermética te muestra una curva brillante que se eleva como un barrilete y te dice que de esta no te salva ni el Sai Baba.
Por todas estas cosas de ir y venir, de abrir y cerrar, la FAPERC expresa su más enérgico reclamo por una pandemia con lógica y no la actual que es un verdadero atropello a la razón, un agravio a la inteligencia y el buen pensar.
Sabemos que las vacunas vacunan y que si bien no aniquilan al bicho, enano maldito castigo de Dios, por lo menos logra que joda menos, que no tengamos que preocuparnos por la tía Tota que está con respirador y justo hay cortes de luz.
Con la vacunación como método profiláctico estamos de acuerdo los científicos, los Gobiernos, los laboratorios, la gente, todos, todas, todes. Todos, todas, todes menos los, las, les que no se quieren vacunar aduciendo que ellos son seres luminosos y absolutamente libres. Libres, sí, pero sobre todo libres de contagiar al resto de la humanidad.
Según los enólogos de la televisión, la cepa Ómicron, al igual que la Malbec, es menos dañina. Con lo cual no debemos preocuparnos si nos contagiamos, pero debemos evitar contagiarnos. A más contagios más posibilidades de nuevas cepas, pero ni locos cerramos los casinos. ¡Clarísimo!
Por eso el FAPERC reitera su pedido de usar las neuronas, que por ahora es gratis, no se puede importar dos cepas desde Sudáfrica y no vacunar en África, no se puede tolerar que los antivacunas ayuden a prolongar la enfermedad. No se puede permitir que la pandemia de Covid pase a ser una pandemia de imbecilidad.
¡Aguante el FAPERC!