14 de enero de 2015
Tras el retiro de Michael Jordan, el jugador de Los Angeles Lakers ocupó su lugar en la NBA en base a su destreza y continuos logros que lo ubican entre los mejores de la historia.
Kobe Bryant continúa sumando hitos a su extraordinaria carrera deportiva. El estadounidense de 36 años hace rato que es uno de los mejores jugadores de la NBA. Con 5 títulos en su haber, el jugador nacido en Filadelfia sigue destacándose en una liga que nunca para de generar estrellas. Año a año, jóvenes talentos de todo el mundo llegan para intentar tomar la posta de los más grandes, y de esta manera el show se renueva periódicamente, para alegría de los fanáticos y, también, de los auspiciantes.
La NBA es la liga deportiva más marketinera del mundo, y también la única que puede asegurar que realmente tiene a los jugadores más talentosos del planeta. Para un basquetbolista destacarse allí significa ser uno de los mejores en la actividad. Y si ese buen nivel se mantiene a través de los años, su nombre quedará en la memoria de los hinchas no solo por el recuerdo de cómo jugaba, sino porque la propia NBA se encargará de inmortalizarlo con distintas acciones, como el retiro de su camiseta en el equipo en el que se destacó (se retira el número, para que nadie más pueda usarlo) y también con el ingreso al Salón de la Fama.
Bryant fue el jugador más sobresaliente de la década pasada. La mamba negra, tal su apodo por lo veloz y letal de sus ataques, como los de la serpiente africana, debutó en el básquet profesional con apenas 18 años en Los Angeles Lakers de California, uno de los equipos con mayor tradición. Ya desde el comienzo su carrera fue atípica. Kobe saltó directamente del colegio secundario a la liga, sin pasar por la universidad, algo que hace la gran mayoría de los baquetbolistas en su país.
La aparición de Bryant le cayó como anillo al dedo a la NBA, que siempre busca algún nombre bajo el cual promocionar la liga en todo el mundo. En los 80, todo giraba en torno a los desempeños de Magic Johnson y Larry Bird, dos superestrellas que encima jugaban en los dos mejores equipos, Los Angeles Lakers y Boston Celtics. Pero la explosión marketinera de la liga estadounidense llegó de la mano de Michael Jordan en los 90. Su Majestad, gracias a su capacidad atlética y su forma espactacular de jugar, se convirtió en la cara de una liga que creció de manera exponencial durante esa época. Pero la era Jordan se estaba apagando a finales de los 90 y la NBA necesitaba un nuevo talento para promocionarse. Kobe Bryant iba a ser su hombre.
Con los Lakers, Kobe conquistó 5 títulos y puso su nombre en lo más alto. Además de los campeonatos, Bryant sumó infinidad de distinciones y premios individuales: dos veces máximo anotador de la liga, participó en 16 ediciones del Juego de las Estrellas y obtuvo las medallas de Oro en los Juegos Olímpicos de 2008 y 2012 con la selección de su país, entre otros logros. En noviembre, Kobe alcanzó una nueva marca: se convirtió en el tercer máximo goleador de la historia de la liga, superando a Michael Jordan. Hoy, Kobe sigue destacándose, se encuentra entre los cinco máximos anotadores de la actual campaña y demuestra en cada juego que está vigente, aún después de la ruptura en el talón de Aquiles que sufrió hace poco más de un año. Sin embargo, y tal como había ocurrido a finales de los 90 con Jordan, la carrera de Kobe se está apagando y la posta en la NBA ya la tomó otro que demostró que está a la altura: LeBron James.
Contrastes
La buena temporada de Kobe a nivel individual también tiene su lado negativo. Más allá de haberse situado en el podio de los máximos anotadores de la historia, Bryant también se ganó su lugar en una lista en la que nadie quiere aparecer: a principios de temporada se convirtió en el jugador que más tiros falló desde que se creó la NBA, en 1946. Si bien su capacidad anotadora está intacta (promedia casi 25 puntos por partido), su equipo no está teniendo un buen año. Los Lakers pelean por no terminar últimos en la Conferencia Oeste y seguramente no entrarán a los playoffs, la instancia del torneo en la que los 16 mejores equipos lucharán por el título. Más allá de que los californianos no tienen grandes figuras en su plantel, lo cierto es que la falta de liderazgo de Kobe, algo que se le cuestionó durante gran parte de su carrera, también es decisiva para el mal momento de su equipo.
Y si los Lakers no cuentan con grandes jugadores en su plantel, también es a causa de su mejor jugador. Ya desde los años en que el equipo ganaba todo, la relación entre Kobe y Shaquille O’Neal, la otra estrella de los californianos, no era buena. Bryant tiene una fuerte personalidad y suele confrontar con jugadores de primer nivel que, intuye, podrían opacarlo. Por caso, temporadas atrás la dirigencia reforzó al equipo con Dwight Howard, el pivote más dominante de la liga, pero su relación con Kobe no fue buena y se terminó yendo.
Más allá de la campaña irregular de su equipo, Kobe Bryant sigue siendo parte de la elite del básquet mundial. Si los directivos logran rodearlo bien el próximo torneo, seguramente Los Angeles Lakers volverá a pelear por el campeonato; porque Kobe, antes que nada, es un ganador nato.
—Germán Esmerado